Así ¡qué fácil es!

<P>Así ¡qué fácil es!</P>

“Tú eres de los que dices/que el mundo está al revés/y hablas, hablas, hablas/charlando en un café/así lo arreglas todo/así ¡qué fácil es!” esos versos dieron origen a una composición musical muy escuchada, en la voz de Denise de Kalaf  a principios de la década de 1970. En tiempos de la música y la protesta.

Ahora que se realiza otra reforma a la Constitución es importante la creación de un organismo que se ocupe de manera exclusiva de conocer la constitucionalidad de las leyes, con un procedimiento sencillo que permita al ciudadano acudir a esa instancia a título personal o de grupo.

La Honorable Cámara de Diputados repite lo que ha sido una constante en la legislatura nacional: beneficiar a “los que tienen algo que perder” en perjuicio de la mayoría, como gobernaba Joaquín Balaguer.

No es nuevo, pero encorajina.

Los representantes de la “voluntad popular” expresada en las urnas responden a intereses que no son los del  pueblo.

Obtener una nominación a Diputado cuesta tanto dinero que los candidatos requieren millones de pesos para sus campañas, dineros recaudados entre quienes, ¿entre los preteridos, entre los desheredados de la fortuna?

¡Imposible! Las contribuciones para las campañas son recaudadas entre los ricos, entre los que tienen algo que perder.

¿Ha visto usted un Diputado o un Senador elegido por la real “voluntad popular” reuniendo chele a chele el dinero para la campaña?

¿Ha visto usted un legislador realmente elegido por la voluntad popular, sin el padrinazgo de un partido? Tampoco. Eso no es posible en un sistema electoral que privilegia a los partidos y grupos sobre las individualidades, lo cual constituye una limitación al derecho inalienable de elegir y ser elegido. La ocurrencia de condonar las deudas que tengan empresas públicas o privadas con la Seguridad Social, es una barbaridad. ¿Por qué? Porque a todos los empleados y obreros se les descuenta una proporción de sus sueldos para la inSeguridad Social sistema que nadie sabe a quién beneficia, pero no es a los alquilados. Cualquier malpensado es capaz de decir que el hombre del maletín pasó por la Cámara de Diputados, para beneficiar alguna o algunas empresas que deben cientos de millones que han descontado a los empleados sin reportarlos a la Seguridad Social.

Es difícil pensar que no fue así.

Lamentablemente hay legisladores y legislaturas que nos quieren acostumbrar a que la ración del boa sea una ley divina.

Y no es así.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas