Así se termina su relación

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Por Anna Jiménez
La prisa con la que se vive actualmente, el estrés, el pluriempleo y en muchos casos el ego  desmedido, pueden contribuir a que se actúe de determinada manera- consciente o no-, resquebrajando poco a poco ese pilar que una vez se construyó con amor y que ahora se muere con rechazo, humillación, irrespeto y deseo de control absoluto, que sepulta el equilibrio de la negociación en la relación.

A continuación, siete señales que pueden ponerle en alerta ante el inminente término de su relación, sino decide corregir a tiempo.

1. “EL AMOR ES LINEAL”

Eso no es cierto, nunca lo ha sido. Eso nos hacen creer las películas y canciones románticas. El amor, por el contrario, es cíclico. Las parejas viven su amor alternando períodos de pasión y profundo interés hacia la otra persona con etapas de apatía y, a veces, hasta de falta de interés y confusión. Exigirle al otro, y exigirse a sí mismo, que se encuentre apasionado todos los días, que le escuche siempre, que esté dispuesto, puede crear un clima de tensión e hipocresía nada sano para ambos. Por esa misma presión generada se terminan diciendo cosas que no se sienten, tan solo para agradar al otro, y lo peor de todo es que en algunos casos, la otra persona lo percibe y entonces se convierte en un problema verdadero.

2. “NECESITO ENCONTRAR A MI PAREJA IDEAL”

Esta manera de pensar solo existe en el pensamiento de quien la creó y JAMAS se encuentra. Es muy común que nos inventemos un príncipe azul o una princesa de cuentos de hadas con extractos de muchas personas que conocemos o queremos tener a nuestro lado, y como esa mezcla de virtudes y cualidades en una misma persona NO existe, nos frustramos y llegamos a creer que no hay nadie que valga la pena para nosotros.

3. “SOY FELIZ SI EL OTRO ES FELIZ A MI LADO”

Exigirle al otro que sea el complemento perfecto de nuestra propia felicidad se convierte en una verdadera tortura para la pareja. No podemos pretender que la otra persona nos proporcione toda la alegría y felicidad que nosotros mismos no nos podemos dar. Es por ello que no importa el tipo de relación que sea, SIEMPRE tienen que proponerse ambos tener espacio propio cada uno: amistades, pasatiempos, intereses, etc. No hay duda que la pareja es un excelente complemento para el crecimiento y felicidad de la otra persona, pero “nada es para siempre” y eso también hay que tenerlo claro.

4. “PARA HACER LO QUE QUIERO, TENGO QUE SEPARARME”

Es común que las personas que deciden iniciar una nueva relación, luego de varios fracasos anteriores, mantengan la mismas actitudes que lo llevaron a ese rompimiento doloroso. Esta conducta refleja la incapacidad para evolucionar con la nueva persona y admitir sus propios errores, culpan al otro de sus flaquezas, en lugar de aceptar sus debilidades y tratar de resolverlas. Esta situación los lleva a tomar decisiones erradas de las que luego se arrepienten.

5. “EL AMOR ES COMPLICADO”

En lugar de aceptar las debilidades o defectos propios de carácter y proponerse modificarlos, la gran mayoría de las personas culpan al amor de sus problemas de pareja.

Pero el amor no es complicado, las personas son las que se complican. El amor es la esenciade la vida y si no se le interrumpe y entorpece, sigue su curso naturalmente.

6. “YO NO SOY NECESARIO PARA MI PAREJA”

Esta creencia lleva a muchas personas a hacer todo por el otro, con la intención de volverse imprescindibles. Este es un mecanismo de pensamiento erróneo que complica la relación. La persona se preocupa tanto por dar, que no se permite recibir y, en

consecuencia, conduce a la otra persona a un sentimiento de impotencia. Aunque resulte difícil de entender, a la pareja NO le gusta que le resuelvan y le atiendan en todo.

Parte del desarrollo en pareja es aprender del otro y crecer juntos en ese sentido, no convertirse en una persona inútil a raíz de la otra.

7. “NO PUEDO PERDER EL CONTROL DE LA RELACION”

Quienes no quieren perder el dominio de la relación, invierten una enorme cantidad de energía en esconder sus emociones, en poner a prueba al otro y no delegar absolutamente nada en el compañero.

Ese miedo los lleva a no comprometerse profundamente con la persona que quieren y a vivir en un permanente estado de alerta, averiguando todo lo que pasa alrededor de la otra persona y desconfiando siempre. La persona que pretenda convivir así, nunca dará el espacio adecuado para que el amor, respeto y confianza fluyan en la relación.

En conclusión

Así las cosas, solo queda decirles que revisen bien cuales o cuantas de estas circunstanciascorresponden a su vida de pareja actual, si lo hace a sabiendas, por que en el fondo no quiere que su relación permanezca o si desconocía que estas acciones pueden llegar a aniquilar su noviazgo o matrimonio.¡ Alerta entonces, los correctivos o la persistencia en actuar negativamente están en sus manos !.

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