Así sí. El Cambio funciona

Así sí. El Cambio funciona

Bonaparte Gautreaux Piñeyro

Muy bien por el presidente Luis Abinader, quien habló alto y claro: nadie está por encima de la ley. No hay rango que esté por encima de la ley.

Todo el mundo entendió que el mensaje estaba claro y dirigido a legisladores y generales y a cualquier persona que entienda que las leyes y resoluciones, órdenes y disposiciones son emitidos para cumplimiento de los otros.

La oportuna declaración presidencial se produce en momentos en que el país asiste, sorprendido, a la imagen de una cabo de la Policía golpeada en el rostro, de cuya agresión se acusa a un diputado del Partido Revolucionario Moderno, desconocedor del poema de José Martí según el cual, la mujer no debe ser agredida ni con la palabra.

Y un engreído y equivocado general del Ejército que se niega a cumplir con la ley, y encima de eso, también exige al agente policial que le llama al orden que se cuadre, se ponga en atención y le haga el saludo militar. Habrase visto una demostración más pantagruélica

¿Quién ha dicho que las altas posiciones públicas son una patente de corso para imponer el desorden e incumplir la ley, la moral y las buenas costumbres?

En ambos casos se impone una sanción ejemplar, para que no se repitan incidentes tan deplorables.

Cuentan que Trujillo era muy estricto y exigía un cumplimiento al pie de la letra de las órdenes que se les impartían a los militares, so pena de ser asesinados de una y otra forma.

Aquella noche al raso Pérez, nativo de La Descubierta, le tocaba el servicio desde las 12:00 horas, hasta las 4:00 de la madrugada, en el puesto número 2. En ese puesto, los guardias de más experiencia decían que se escuchaban voces y salían fantasmas.

La orden fue clara y precisa: por aquí no pasa nadie, ni siquiera el Generalísimo Trujillo.

Alrededor de las dos de la madrugada el centinela escucha unos pasos que se acercan, grita: ¿Quién vive! El Generalísimo Trujillo escucha. Atrás. No hay paso. Tengo órdenes de no dejar pasar a nadie por este puesto, ni siquiera al Generalísimo.

Trujillo se retiró. Al otro día ascendió al raso Pérez a sargento mayor.

Las órdenes se emiten para ser cumplidas y acatadas.

El presidente Abinader demuestra con esa declaración, con esa actitud, con ese planteamiento que El Cambio por el cual votamos es mucho más que palabras.

Esperamos saber, a la brevedad posible, cuáles son las sanciones aplicadas al diputado, como legislador y como dirigente político y al general que deslustró las charreteras propias de ese rango.

Sin prisas, pero sin pausas, El Cambio está caminando con pie firme.

¡Adelante y valor!, que no falta.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas