Blanqueaban el dinero a través de inversiones inmobiliarias
Luego de que la Policía española informara de la detención en Costa del Sol de seis personas, uno de los líderes más buscados de la poderosa organización criminal, Macro Maffia, se destaparon las informaciones respecto a cómo operaba el supuesto entramado a nivel internacional.
El supuesto delincuente apresado por los españoles, quien estaba considerado como el más buscado y peligroso de los Países Bajos, era el encargado de blanquear desde España los beneficios obtenidos por la Mocro Maffia, especializada en el tráfico de drogas a escala internacional. Los investigados habían tejido una compleja red de sociedades con presencia en Marruecos, República Dominicana, Países Bajos, Emiratos Árabes y España.
Se trata de Karim Bouyakhrichan, el cabecilla de la Mocro Maffia que fue arrestado la pasada semana en Marbella y que ya se encuentra en prisión provisional en nuestro país. La Policía le seguía la pista tras el asesinato de su hermano, Samir, tiroteado en 2024 en Benahavís (Málaga) en mitad de la guerra por el control del narcotráfico en la Costa del Sol, que se disputaban el clan Bouyakhrichan y el clan Taghi.
Desde entonces, Karim estaba involucrado en numerosas investigaciones policiales al ejercer como punto de conexión en España de diversas organizaciones de narcotraficantes asentadas en la Costa del Sol. Además, las autoridades neerlandesas le buscaban como uno de los fugitivos más peligrosos de su país, donde se le reclamaba por tráfico de drogas.
La Mocro Maffia es una de las organizaciones criminales más activas en Europa, principalmente en los Países Bajos, su punto de origen. Allí, sus integrantes han vertido amenazas directas a miembros de la Casa Real, así como a importantes personalidades políticas del país. La organización también está involucrada en el asesinato a plena luz del día del periodista de investigación neerlandés Peter R. De Vries.
Blanqueo a través de inversión inmobiliaria
La organización lograba blanquear ingentes cantidades de dinero a través de la inversión inmobiliaria. Adquirían viviendas, muchas de ellas de lujo en la Costa del Sol, y posteriormente las vendían, con lo que lograban introducir el dinero de procedencia ilícita en el mercado. El entramado utilizaba el modus operandi conocido como hawalla, así como mercantiles interpuestas y testaferros.
Durante el periodo de investigación, a cargo de la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF) Central, los investigados realizaron operaciones de blanqueo de capitales por valor de 6 millones de euros, aunque los agentes creen que esa cantidad es superior debido a la vinculación del entramado con el tráfico de drogas a gran escala.
En los 14 registros practicados por la Policía Nacional, 3 en la provincia de Málaga y 11 en Melilla, pudieron intervenir 75.000 euros en efectivo, unos 10.000 euros en joyas y armas de fuego, además de bloquear 172 viviendas por un valor aproximado de 50 millones de euros.