De forma insólita la Liga Dominicana de Béisbol y su comité de disciplina suspende por dos años al técnico estadounidense Dave Jauss, quien fue despedido hace unos días como dirigente del Licey.
Según la liga Jauss confesó que envió a uno de sus lanzadores a golpear a un bateador del Escogido.
A confesión de partes, relevo de pruebas, dicen los juristas y especialistas en la materia.
Para nadie es un secreto, que en todas partes donde se juega béisbol, los jugadores tienen un código secreto con relación a los bolazos, cuando se presentan situaciones como las del antepasado juego entre Licey y Escogido.
Con esto no estamos justificando a Jauss, pero entiendo que el devolver pelotazos es normal en la liga coreana, mexicana, cubana y hasta en las pequeñas ligas, donde se pone de manifiesto la famosa ley del Talión: Ojo por Ojo, Diente por Diente.
En esta misma liga se han presentado reyertas al estilo Royal Rumble evento montado por una empresa de lucha libre en los Estados Unidos y pocas suspensiones se han dado.
Me llega a la mente y entiendo que es propicia la ocasión para recordar todas las hazañas negativas en el terreno de juego ejecutados por el amigo Félix Martínez y LIDOM, esperó diez años y el final de su carrera para suspenderlo.
A mi juicio al bueno de Dave Jauss lo han tomado como chivo expiatorio para enviar un mensaje a la afición de lo estricta que es la liga cuando suceden altercados como el desarrollado entre Tigres y Leones.