Asia recuerda miles muertos por tsunami

Asia recuerda miles muertos por tsunami

BANDA ACEH, Indonesia, (AFP) – Sobrevivientes, familiares de víctimas, políticos y religiosos se reunieron el lunes para conmemorar el primer aniversario del tsunami del 26 de diciembre de 2004, la peor catástrofe registrada en varias décadas, que causó más de 220.000 muertos y millones de damnificados.

Estas personas, entre las cuales había igualmente amigos y familiares de desaparecidos, se congregaron en mezquitas, iglesias y playas de los once países del Océano Indico que sufrieron las consecuencias del tsunami.

Indonesia, el país más afectado, guardó un minuto de silencio exactamente a las 08H16 (01H16 GMT), la hora precisa en la que el tsunami llegó a sus costas hace un año para posteriormente asolar también otros diez países del sudeste asiático.

El presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono, presidió una ceremonia en el momento exacto en el que las gigantescas olas alcanzaron la provincia de Aceh, provocando alrededor de 168.000 víctimas, entre muertos y desaparecidos.

«Que descansen en paz. El momento de silencio empieza», declaró Yudhoyono en una ceremonia ante 500 personas, celebrada en la mezquita de Ulee Lheu, en la periferia de Banda Aceh, único edificio que quedó en pie tras el paso por la zona de la ola mortal.

Tras su discurso, el presidente puso en funcionamiento una de las sirenas que forman parte del nuevo sistema de advertencia a la población civil ante posibles catástrofes naturales, que está siendo desarrollado en Indonesia para evitar que se repita la tragedia.

Asimismo se difundieron sendos mensajes grabados en video por el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y el secretario general de la ONU, Kofi Annan.

«En un cierto modo, los días más difíciles aún deben llegar», declaró Annan al subrayar «la terrible necesidad» de «los jefes de familia de volver a contar con los medios para ganarse la vida. Cientos de miles de familias necesitan una nueva casa permanente y tienen que reconstruirse los pueblos», añadió el secretario general de la ONU.

Bush, por su parte, insistió en la ayuda aportada por su país: «El gobierno estadounidense y nuestros conciudadanos se han movilizado para aportar una asistencia vital a las personas de las zonas afectadas, y el mundo se ha unido para afrontar esta causa urgente», dijo.

En la gran mezquita Baiturrahman de Banda Aceh, centenares de fieles vestidos de blanco pronunciaron una oración llena de emoción que fue conducida por el imán Muhammad Arifin Ilham, que lloró al leer los versos del Corán.Aún queda mucho trabajo por hacer y cientos de miles de personas siguen sin techo o sólo cuentan con precarios alojamientos.

La ayuda a largo plazo es problemática y gran parte de las donaciones recibidas (unos 10.000 millones de dólares) siguen sin ser utilizados.

En el sur de Tailandia, también miles de personas se reunieron en varias playas para rendir homenaje a las casi 5.400 víctimas que la ola mortífera causó en este país, 2.248 de ellos extranjeros de 37 nacionalidades diferentes.

Las ceremonias oficiales se abrieron con un minuto de silencio y la deposición de orquídeas blancas en seis playas alcanzadas y en el muro del Recuerdo en Phuket, situado en el exterior de uno de los centros de identificación de las víctimas.

«En nombre del pueblo y del gobierno tailandés, quiero expresar nuestras profundas condolencias a cada persona que ha sufrido de manera inconmensurable este evento», declaró Somkid Jatusripitak, viceprimer ministro y ministro tailandés de Comercio en la inauguración de la ceremonia en Bang Nieng (sur).

En Bang Nieng cientos de personas hicieron cola, bajo un sol intenso, para firmar los registros de condolencias, a la sombra de un barco de la policía tailandesa que se ha convertido en un símbolo tras haber sido destruido y arrastrado por el tsunami un kilómetro al interior.

«Te echamos de menos todos los días», dice uno de los mensajes, mientras otro sencillamente pregunta: «¿Por qué?».

En la localidad turística de Phi Phi (sur de Tailandia), 10.000 personas se reunieron para depositar unos ramos de flores sobre un altar, y muchos grupos de extranjeros han previsto la realización de sus propios oficios religiosos.

De los países occidentales, los dos que registraron un mayor número de muertos fueron Suecia (543) y Alemania (537), mientras Finlandia perdió 167 personas, Suiza 91 y Francia 90.

En los archipiélagos indios de Andaman y Nicobar, donde murieron 3.000 personas y otras 5.500 desaparecieron, miles de habitantes rindieron homenaje a los difuntos y las mujeres pidieron a Dios que no desencadenara más oleajes.

En Sri Lanka, donde según las organizaciones humanitarias murieron 31.000 personas, el presidente Mahinda Rajapakse presidió las ceremonias conmemorativas en la localidad de Peraliya (sur de Colombo), una región en la que más de 1.000 pasajeros de un tren murieron engullidos por las aguas.

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