Se calcula que el asma afecta a 300 millones de personas en todo el mundo y es la enfermedad crónica más frecuente en los niños. Constituye un grave problema de salud a escala mundial que afecta a todos los grupos de edad, con una prevalencia creciente en muchos países en desarrollo, unos costos de tratamiento en aumento y un impacto cada vez mayor para los pacientes y para la sociedad.
La neumóloga pediatra Paola Hatton dice que el asma sigue suponiendo una carga inaceptable para los sistemas sanitarios y para la sociedad como consecuencia de la pérdida de productividad laboral y, especialmente en el caso del asma pediátrica, por la alteración de la vida familiar y el ausentismo escolar por la limitación física.
La doctora explica que se trata de una enfermedad muy frecuente en la consulta pediátrica y a pesar de eso, es subdiagnosticada. “Suelen presentarse casos que si bien tienen manifestaciones tempranas no las reconocen sus padres, tampoco sus pediatras. Usualmente los pacientes asmáticos no son diagnosticados de forma correcta ni reciben el tratamiento adecuado”, indica.
La especialista señala que aunque en el país no existen estadísticas recientes de la incidencia de asma, se estima que a nivel nacional oscila alrededor de un 10% en los pacientes pediátricos.
Solo en el Hospital Infantil Doctor Robert Reid Cabral, donde labora la doctora, “se ven entre 80 y 90 pacientes con asma por mes, pero la cifra puede aumentar dependiendo de factores ambientales”.
Los síntomas que puede presentar un paciente con asma son, tos, sibilancias, dificultad respiratoria y opresión torácica, “que varían a lo largo del tiempo en cuanto a su presencia, frecuencia e intensidad. Estos síntomas se asocian a un flujo de aire espiratorio variable, es decir, dificultad para expulsar el aire de los pulmones debido a broncoconstricción (estrechamiento de las vías respiratorias), engrosamiento de las paredes de las vías respiratorias y aumento de la mucosidad”.
La neumóloga resalta algunos signos de alarma que los pacientes deben conocer para ponerse en contacto con su pediatra y acudir a un centro de emergencias para asistencia inmediata. Hatton menciona sensación de ahogo al estar sentado o al caminar y dificultad para hablar. Y en pacientes asmáticos, cuando a pesar de utilizar el inhalador en múltiples ocasiones persiste la falta de aire, recomienda visitar a su médico.
Causas. Hatton indica que la sensibilidad genética es una de las causas de asma infantil. Y es que existe una predisposición a padecer la enfermedad entre los miembros de algunas familias pero la herencia del asma no es directa. No todas las personas con asma tienen un historial familiar de la enfermedad, pero la contribución de los factores genéticos en el asma puede variar desde un 36% hasta un 79%.
También existe una gran cantidad de estímulos ambientales que pueden causar o desencadenar una crisis de asma.
“Los factores que pueden desencadenar o agravar los síntomas asmáticos son: infecciones víricas, alérgenos domésticos o laborales (por ejemplo, ácaros del polvo doméstico, cucarachas), polen, humedad, humo del tabaco, ejercicio y estrés. Estas respuestas son más probables cuando el asma no está controlada”, señala la doctora, quien también ofrece consulta en el Centro Médico UCE.
También algunos medicamentos pueden provocarla.
Consecuencias. El asma es una enfermedad que causa alrededor de 180,000 muertes al año, según la Organización Mundial de la Salud) y la mayoría de estas son evitables siempre y cuando los pacientes y sus familiares tengan un mejor conocimiento de la misma.
“No manejar la enfermedad puede llevar a una inflamación crónica con pérdida irreversible de la función pulmonar y por ende mayor cantidad de internamientos. Esto se traduce en un elevado ausentismo escolar”, asegura.
Cuando no se controla puede producirse cambios estructurales en el epitelio bronquial.