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SANTIAGO. Reunidos en el salón de conferencias del Centro León, La Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos (ACAP) al celebrar su 47 aniversario y como parte de su programa de responsabilidad corporativa realizó un encuentro para hacer su entrega anual de donativos a diferentes instituciones de bien social.
En la actividad se galardonaron 47 instituciones a nivel nacional, las cuales recibieron un aporte de 100 mil pesos cada una de manos del presidente de la Junta de Directores de ACAP, José Santiago Reinoso y del vicepresidente ejecutivo, Rafael Genao.
Estas instituciones apoyan el desarrollo de proyectos en las áreas de ecología, educación, niñez, tercera edad, salud, actividades religiosas, acción social y cultura.
El presidente del Consejo de Directores de la Asociación Cibao, en su discurso destacó que este tradicional acto es un espacio de reconocimiento, valoración, celebración y apoyo a las decenas de entidades sin fines de lucro, representadas por los hombres y mujeres, que voluntariamente ofrecen su tiempo y su talento para contribuir con el desarrollo de las comunidades en las que operan y sirven a personas en estado de vulnerabilidad.
Nuestro propósito es ser un estímulo para los líderes del servicio social, con el fin de alentarles a continuar adelante y motivar a las presentes generaciones a incorporarse en el servicio social, señaló José Santiago Reinoso.
Al concluir sus palabras, expresó su agradecimiento a los clientes y asociados de la empresa, por la confianza y lealtad que cada día depositan en la institución y los invitó a un coctel en un ambiente cálido y de regocijo.
Nueva institución
La Casa Rosada
Cada año la Asociación Cibao de Ahorros y Préstamos (ACAP) suma una nueva entidad de bien social con motivo de su aniversario, en ese sentido la empresa se mostró complacida de incorporar a La Casa Rosada, como la entidad beneficiaria número 47 de este programa de responsabilidad social corporativa.
Esta institución es dirigida por las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl y fue inaugurada en la ciudad de Santo Domingo, el 18 de julio de 2001 en un bonito, solidario y humano gesto con la finalidad de acoger, en calidad de internos, a niños, niñas y adolescentes huérfanos o abandonados, positivos al VIH/SIDA.
