El sector turístico se sumó ayer a los empresarios que objetan los cambios fiscales propuestos por el Gobierno. La presidenta de la Asociación de Hoteles y Restaurantes, Haidée Kuret de Rainieri, afirmó que si el Congreso apueba la ley de racionalización de gastos tributarios propuesta por el Gobierno, estaría aprobando la liquidación del país como destino turístico.
Dijo que aunque Hacienda alega que el proyecto no propone la eliminación de los incentivos, propone poder discrecional y un súpervoto.
La presidenta de la Asociación de Hoteles y Restaurantes (Asonahores), Haidée Kuret de Rainieri, afirmó ayer que si el Congreso apueba la ley de racionalización de gastos tributarios propuesta por el Gobierno, estaría aprobando la liquidación de la República Dominicana como destino turístico. Explicó que aunque el Ministerio de Hacienda, encargado de la gestión, alega que el proyecto no propone directamente la eliminación de los incentivos, pide sin embargo al Congreso Nacional poder discrecional y un súpervoto, para que en lo adelante sea ese Ministerio el que determinará si una empresa turística clasifica para obtener los incentivos fiscales y, después de otorgada esa no objeción, los Ministerios de Turismo, Medio Ambiente y Cultura decidirían si los otorgan o no.
Si el Congreso pasa el poder de decisión de los promotores del desarrollo turístico a recaudadores de impuestos, estará aprobando la liquidación del país como destino atractivo para la inversión turística, advirtió. Por otro lado criticó el proyecto de Ley que unifica la administración, recaudación y fiscalización de los Impuestos Selectivos al Consumo aplicados a los combustibles fósiles que también restringe las exoneraciones. Sentenció que esa disposición tendrá como resultado el encarecimiento de la electricidad y de los combustible que usan los aviones para transportar turistas a República Dominicana.
Lamentó que precisamente en el actual período, cuando es más duro para la competencia internacional, se encarezca el producto turístico dominicano, reduciendo así la capacidad competitividad de las empresas turística y los ingresos del Gobierno por esa vía. Advirtió que las alzas en los costos de operación de hoteles los obligarían a buscar alternativas, entre ellas aumentar sus tarífas, y que esa no es una buena opción en estos momentos.