Madrid.- En plena crisis financiera, y con el miedo pegado a la piel, expertos y ciudadanos en general se preguntan todavía qué ha ocurrido.
El pasado 31 de julio los bancos dejaron de prestarse entre sí Aunque haya bancos fuera de los Estados Unidos que no tengan créditos ‘subprime’, sufren los efectos de la crisis
El alza del precio de la vivienda y el recorte de tipos encendió la mecha En EE UU se dieron créditos a personas con dificultades para devolverlos. A continuación se presentan algunas de las principales preguntas que se hace la gente sobre el tema, con sus respuestas, según un trabajo publicado en el periódico El País.
¿Por qçué se inicia la crisis?
Algunos expertos consideran que el principio de la historia se remonta a 2001, cuando sube con fuerza la vivienda en Estados Unidos (y en España también) y la Reserva Federal y el Banco Central Europeo (BCE) deciden bajar los tipos de interés. Estos dos factores juntos son gasolina para el incendio, que todavía sigue ardiendo. Además, surge la ingeniería financiera del siglo XXI, creada por los gestores de patrimonios, que ofrecen a los ricos rentabilidades de hasta el 14% aunque los tipos estén en el 3%. ¿Cómo? Asomándose al precipicio de un riesgo nunca visto…, los créditos subprime.
¿Qué son los créditos subprime?
Son créditos que se concedían, en una parte muy elevada, a personas que tenían serias dificultades para devolverlos. Ni siquiera se les pedía historial de pago; era suficiente con un compromiso personal de hacer frente al pago. No es que los bancos quisieran perder su dinero, sino que durante años el sistema había funcionado. Las familias hipotecadas podían devolver su deuda refinanciando el préstamo gracias a que la vivienda subía entre el 10% y el 15% anual. Incluso, podían llegar a vender la casa y con la revalorización compraban otra y amortizaban el crédito. Esos créditos se llaman subprime o hipotecas basura.
Los bancos de inversión agruparon estos créditos y los revendieron a gestores. Ofrecían diferentes rentabilidades, según el riesgo. Algunos prometían el 14%. Los que buscaban altas rentabilidades para sus clientes (y para su bonus personal) encontraron el grial tan buscado. Las agencias de calificación (Moody’s, Standard & Poor’s, Fitch Ratings, etcétera), esas empresas privadas que dicen si un activo es bueno o no, les concedieron la misma solvencia que tiene, por ejemplo, la deuda que emite el Reino de España, triple A.
Los supervisores de los bancos de EE UU, Reino Unido y la mayor parte de Europa (eso no ocurrió en en España) permitieron a las entidades que sacaran de los balances estos riesgos, aunque se comprometieron a financiarlos si su valor caía, como ahora ha ocurrido.
En 2007 se pinchó la burbuja. La vivienda de EE UU empezó a caer y los deudores no hicieron frente a sus pagos. Así hasta superar niveles de morosidad cercanos al 20%. Se inició la crisis financiera. Los créditos revendidos se depreciaron. La desconfianza se generalizó por la falta de información y el mercado dio valor cero a los activos subprime. Se calcula que puede haber 400.000 millones de dólares afectados.
¿Cuándo explotó?
El consenso más extendido fija el 8 de agosto. Ese día se supo que un pequeño banco alemán, IKB, no podía hacer frente a sus pagos. No obstante, algún banquero fija en el 31 de julio, día de San Ignacio, el inicio de la crisis financiera más extraña que ha llegado al sistema. Ese día, los bancos dejaron de prestarse dinero unos a otros. Los rumores de que algunos tenían bombas ocultas en sus balances se extendía…
¿Qué han hecho los bancos centrales para frenar la crisis?
Desde el comienzo abrieron sus ventanillas para facilitar que los bancos hicieran frente a los pagos, y suministraron liquidez al sistema. Aun así, el británico Northern Rock cayó por falta de liquidez. La banca sólo guarda en metálico el 1% del dinero de sus clientes. El resto lo prestan o lo invierten. Por eso no pueden hacer frente a una retirada masiva de depósitos. También es muy grave que se corte en seco la liquidez porque tienen líneas de crédito con las empresas que van utilizando según sus necesidades. Es decir, necesitan dinero continuamente. La Fed y el BCE ofrecieron cientos de miles de millones de dólares y de euros a plazos muy cortos. El miércoles pasado presentaron un sistema nunca visto: dos subastas de la Fed por un total de 40.000 millones y otra del BCE en dólares de la Reserva Federal por 20.000 millones.
¿Por qué no para?
Hasta ahora (todavía se desconoce el efecto de las novedosas subastas) porque los bancos no querían pedir dinero a los bancos centrales quedando «marcados» como entidades con problemas. Los analistas creen que la subasta no marcará a los tomadores del dinero, por lo que podría servir realmente para tapar algunos agujeros.
De todas formas, como explica un analista, estos intentos son como llenar una jarra con agujero. Hasta ahora, los préstamos a corto plazo sólo han servido para evitar el colapso sin solucionar el problema de fondo. La falta de liquidez es la consecuencia del problema, no la causa. Ésta es que los bancos y cajas no se prestan dinero entre sí porque desconfían del tamaño del agujero patrimonial de sus competidores. Además, prefieren quedarse con el dinero ahora que toca cerrar los balances de 2007. Por otro lado, no quieren dejar dinero a los competidores para que lo presten.
¿Hasta cuándo durará?
Los más optimistas creen que hasta abril de 2008. Cada vez son menos. Un alto ejecutivo de JPMorgan asegura que «hasta principios de 2009». Cada vez son más los que coinciden en que todo el año próximo estará afectado por la crisis. No obstante, la segunda parte será la depreciación de los activos de algunas entidades, cuya debilidad puede hacerlas presa de entidades más fuertes.
¿Qué consecuencias puede tener en la economía diaria?
La crisis está provocando un encarecimietno del crédito y cuando el crédito se encarece, la demanda se frena. Eso afecta tanto a los particulares como a las empresas. Sin embargo, pocos creen en un frenazo en seco; más bien en un descenso escalonado.