En mi artículo pasado intitulado “Atormentados sueños occidentales” analizaba como las obsesiones y desesperaciones geopolíticas que viven algunos en Occidente le trastornan la capacidad de pensamiento racional cayendo en serios errores de cálculos y expectativas irreales que uno podría esperar no afectaran el buen juicio de estadistas que pretenden forjar y dirigir el futuro.
Tanto la intención de salir de Putin y fragmentar a Rusia e igualmente a China, empezando por Taiwán, tienen al mundo muy cerca del precipicio de una guerra catastrófica.
En el mencionado artículo reflexionaba, al final, como al igual que Zelensky busca afanosamente la intervención directa de la OTAN, lo que indefectiblemente llevaría a una guerra nuclear, me refería a lo que muy alocadamente podrían pensar los “independentistas” taiwaneses en el sentido de que sus aliados respaldarían sus imposibles ambiciones. Fue aquí cuando en la publicación se produjo un involuntario error de redacción que omitió 43 palabras que dejaban sin sentido lo finalmente expresado y que algunos lectores me han reclamado que parecía que no terminé la idea. El artículo terminó con la frase “también en Taipéi” y debió haber continuado con “pueden creerse que EEUU y aliados harían suyos sus imposibles sueños independentistas y provoquen un conflicto evitable”.
Terminaba diciendo: “China no va a sucumbir ni Moscú va a explotar. Es hora de intentar dormir algo para pensar mejor y aliviar al mundo. Hablar es mejor que guerrear”.
Las informaciones que se han destapado esta semana confirman, por una parte, mis valoraciones geopolíticas, y, por otra, el cinismo e hipocresía que predominan en el grupo que lidera el mundo en el que cada día se ve más claro que quieren que hagamos “lo que dicen y no lo que hacen”. En el primer semestre 2023 EEUU compró 416 toneladas de uranio en Rusia; en igual período de 2022 fueron 188 toneladas. A su vez, de enero a julio Europa adquirió 52% de exportaciones de gas desde Rusia, 39% en 2021. Lógicamente esas ventas le producen cosquillas a Putin. Por ello el canciller húngaro, miembro de la Unión Europea, señala que después de 11 paquetes de sanciones contra Moscú el “mundo se ríe de la Unión Europea”.
Mientras que en el cielo planea la necesidad evidente e imprescindible de iniciar negociaciones, ciertos líderes padecen la frustración de acciones irreflexivas. No han podido con Rusia y quieren enfrentar a China, ¿con sanciones?