La superficialidad con que se pretenden mediante votos investiduras de Estado sin convincentes propuestas diferenciadoras, prefiriéndose las descalificaciones de aridez ideológica y programática (una refriega de mancos) ha movido a un enfático emplazamiento desde voces de un feminismo calificado: No se ha escuchado en lo que va del deplorable debate, ilegal y prematuro en sus inicios, la formulación categórica y documentada de los planes que ofertan los candidatos para enfrentar la violencia masculina que con asiduidad embiste la integridad, la dignidad y la libertad de las mujeres con elevada tasa de mortalidad.
Puede leer: La causa ambiental enfrentada al modus operandi de capitales
Tras un año en el que los casos luctuosos se incrementaron comparados al 2022 con el asesinato de 103 de ellas, la situación de calamidad que embarga a la población femenina dominicana amerita acciones urgentes con señales destacadas en el proselitismo. Que aparezca una sacada masiva de hipérboles y sofismas detractores que caracterizan divulgaciones partidarias a ser sustituidas con demostraciones de sensibilidad y de respuestas responsables a las agresiones de género que abaten a la sociedad y en 2023 dejaron en orfandad a 64 niños, niñas y adolescentes. De madres comprendidas en el segmento que constituye el 51% del electorado. A sus oídos deberían llegar fuertes definiciones de ejecutorias favorables. La Fundación Vida sin Violencia reclama precisiones de políticas públicas puntuales y eficaces desde quienes eventualmente pasarían a regir los destinos nacionales.