LONDRES, (AP).-  Tras seis meses bajo una libertad condicional restringida, Julian Assange reconoció el jueves que su detención dificulta el trabajo del cibersitio WikiLeaks para recopilar y difundir información secreta. Los admiradores y seguidores del fundador del sitio acusan a Gran Bretaña de someterlo a un tratamiento «excesivo y deshumanizado».

El australiano de 39 años vive en la residencia campestre de uno de sus admiradores mientras se opone en los tribunales británicos a ser extraditado a Suecia, donde la justicia lo busca tras ser acusado por dos mujeres de violación y agresiones sexuales.

La libertad condicional de Assange le obliga a observar un toque de queda nocturno, llevar en todo momento un brazalete electrónico en uno de los tobillos y presentarse a diario ante la policía. Sus admiradores entregaron un video a The Associated Press en el que condenaron las condiciones de su detención preventiva.

En la cinta, la socia de WikiLeaks, Sarah Harrison, acusa a las autoridades de tratar a Assange «como a un animal enjaulado». La fiscalía británica, que en un principio se opuso a su libertad condicional, dijo que las severas limitaciones impuestas a sus movimientos son necesarias debido a la gravedad de las acusaciones formuladas contra Assange y por presentar un elevado riesgo de fuga, dada su condición de extranjero.

El abogado y comentarista legal Carl Gardner dijo que aunque el australiano está limitado en sus movimientos, «puede moverse, aparecer en público. Goza de libertad en el sentido más básico de la palabra».

El video sostiene además que la policía ha montado un sistema de supervisión con cámaras de vigilancia cerca de su residencia para apuntar el número de las placas de los vehículos que lo visitan.

Vaughan Smith, propietario del retiro campestre de 240 hectáreas (600 acres) en el este de Inglaterra, lo consideró un «régimen muy intrusivo», y agregó que han sido instaladas tres cámaras de vigilancia operadas por control remoto cerca de la residencia desde que la ocupó el fundador de WikiLeaks.

Assange, que recorrió el mundo antes de ser detenido en diciembre, dijo a la AP que ha pasado a ser un «blanco fijo» para curiosos e intrusos. «Es muy fácil vigilarme y a cualquiera con el que hablo», dijo Assange. «Hemos adoptado medidas contra esto, pero es algo costoso y lleva tiempo».