WASHINGTON. Dos astronautas estadounidenses lograron el martes reparar una falla en un circuito de refrigeración de la Estación Espacial Internacional (ISS), en una inusual salida al espacio en vísperas de Navidad.
En una coreografía cuidadosamente orquestada, Rick Mastracchio, de 53 años, y Mike Hopkins, de 44, llevaron a cabo una expedición en el espacio de siete horas y treinta minutos, de las cuales poco más de seis horas estuvieron dedicadas a instalar una nueva bomba de amoníaco.
Antes de regresar a bordo de la ISS, los dos hombres limpiaron el lugar y realizaron un cuidadoso inventario de sus herramientas con el centro de control de la misión en Houston (Texas, sur de Estados Unidos), según imágenes difundidas en vivo por NASA TV.
«Tenemos una bomba que funciona bien», dijo el comentarista de la NASA Rob Navias tras realizarse con éxito una prueba de arranque de la nueva válvula. La NASA dijo la noche del martes que, tras varias comprobaciones, la válvula «está completamente operativa».
«Tomará algún tiempo reintegrar totalmente» el sistema de refrigeración de la estación espacial, dijo la NASA en un su web, aunque precisó que el proceso debería completarse el miércoles.
Los dos astronautas tuvieron algunas dificultades para retirar uno de los cuatro conductos de amoniaco de una caja de conexiones que había sido conectada el sábado, en una primera incursión espacial, a la espera de que fuera instalada la nueva bomba de reemplazo (de 355 kilos, el tamaño de un refrigerador grande).
En el proceso escaparon restos de amoniaco, que es muy tóxico, pero al parecer no llegaron a tocar las escafandras de los astronautas. «¡Qué vista!», dijo Hopkins, sujetado por los pies al extremo del brazo robótico de 15 metros de la ISS, operado desde el interior por el astronauta japonés Koichi Wakata para acompañar la bomba hasta donde debía ser instalada.
«De hecho, ustedes están sobre el Atlántico», le respondió uno de los controladores del Centro Espacial Johnson en Houston, según los intercambios transmitidos en vivo por NASA TV.
Octava salida espacial de Mastracchio. Ni Mastracchio ni Hopkins reportaron problemas con sus trajes espaciales y no encontraron rastros de agua en sus cascos.
El descubrimiento de un problema de condensación en la escafandra de Mastracchio, después de su regreso el sábado a la estación espacial, convenció a la NASA de utilizar un traje de repuesto para la segunda expedición al exterior, prevista inicialmente para el lunes y que debió postergarse 24 horas.
La sustitución de la bomba de amoniaco en la ISS no podía esperar, dijo la semana pasada la NASA, que había tratado, en vano, de resolver este problema de forma remota, accionando una válvula para compensar la que estaba bloqueada e impedía la circulación normal de amoníaco en el circuito destinado a mantener una temperatura adecuada en la plataforma orbital.
Si se produjera otro problema de funcionamiento en el segundo sistema de refrigeración, la ISS se encontraría en una situación potencialmente peligrosa que requeriría evacuar a toda la tripulación.
Desde que la falla en el sistema de refrigeración fue detectada el 11 de diciembre, la climatización de la ISS dependía del segundo circuito de refrigeración, incapaz de satisfacer todas las necesidades de la ISS.
El inconveniente, sin embargo, nunca puso en peligro a los seis miembros de la tripulación de la Estación, aseguró la NASA.
La decisión de la NASA de realizar estas salidas de emergencia obligó al aplazamiento a principios de enero del lanzamiento de la cápsula no tripulada Cygnus, de la empresa Orbital Science, que debía realizar su primera misión de abastecimiento a la ISS el 19 de diciembre.
Esta es la segunda incursión al espacio en la historia de las exploraciones espaciales que se realiza en vísperas de Navidad. La última fue en 1999, cuando dos astronautas a bordo del transbordador espacial efectuaron una salida orbital para reparar el telescopio espacial Hubble.
Para Mastracchio se trató de su octava caminata orbital, con lo cual su tiempo total de permanencia en el espacio es ahora de 51 horas y 28 minutos. Fue sin embargo la segunda salida para Hopkins, su compañero de equipo.