Asuma el regreso de lo cotidiano  

Asuma el regreso de lo cotidiano <span></span> 

Ha llegado la hora de poner orden, no queda más remedio que marcar de nuevo las pautas a seguir. La rutina anda al acecho.

Después de días de festejos, lo cotidiano vuelve a apoderarse de la vida diaria, a veces para regocijo, otras en demérito de lo que supone volver a la rutina. A pesar de todo, lo práctico no debe llevar consigo ningún condicionante negativo. La disciplina y las normas ayudan a mantener el equilibrio.

Cuando unas jornadas de descanso vienen a romper el día a día habitual, regresar a lo cotidiano se convierte en tedioso. Marcar de nuevo disciplinas y horarios, atender a las necesidades más globales y no sólo a las personales supone una carga que no estamos dispuestos a asumir después de días de libertad.

No sólo es cosa de los más pequeños de la casa, a los mayores nos cuesta volver a recuperar la tiranía que nos marca el despertador cada mañana y ser quienes tienen que reconducir los horarios familiares después del asueto.

Se han relajado las pautas de conducta, se han liberalizado los horarios nocturnos en casa, se han cerrado los ojos y se ha abusado de todo tipo de platos y en definitiva se ha sido condescendiente con todo tipo de situaciones. Ha llegado la hora de poner orden, no queda más remedio que marcar de nuevo las pautas a seguir. La rutina anda al acecho.

1. Los más pequeños se han salido con la suya en más de una ocasión, es hora de reconducir las cosas: los caprichos se acabaron y se va normalizando su horario de siesta y de dormir durante la noche.

2. Para los adolescentes que deben volver a coger los libros, lo más recomendable es que comiencen por estudiar aquellas asignaturas que más les interesen o que con más facilidad asimilen; de esta manera no les resultará más complicado memorizar y comprender.

3. No piense que se pone duro con la disciplina del hogar. Todo el mundo debe de volver a coger las «buenas» costumbres de colaboración y ayuda.

4. El trabajo nos espera. Olvídese del compañero pesado y del jefe insistente y piense que, teniendo que trabajar lo mejor es ir con el mejor estado de ánimo posible.

5. Reconduzca sus buenos propósitos para el año nuevo, si no quiere caer en una depresión, y ajústelos a objetivos reales.

6. No se deje absorber por el abatimiento, cierta actividad física le ayudará a recuperar el tono vital. Un paseo tras el trabajo es una buena terapia si no tiene tiempo para ejercitar una actividad deportiva.

7. «Al mal tiempo, buena cara», dice el proverbio popular, y así es como debe asumir el regreso de lo cotidiano. No piense más, siga adelante e intente buscar caminos alternativos que le alegren la marcha.

8. Si ha terminado saturado de reuniones familiares donde ha tenido que dar miles de explicaciones sobre su vida, aproveche para tomarse un respiro y deje para más adelante la próxima comida de los domingos. Despéjese.

9. Habrá algún amigo al que no haya podido ver entre celebración y celebración, haga memoria es la ocasión propicia para desahogarse.

10. A los que les invade la nostalgia en época navideña son los únicos que están de enhorabuena, pasaron las fiestas. Pero, sin duda, algunos tendrán que aplicarse algunos de estos consejos, por unas cosas o por otras su rutina también varió.EFE/ Reportajes

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