Ataque Mosul fue obra de suicida

Ataque Mosul fue obra de suicida

WASHINGTON (EFE).- El ataque perpetrado contra el comedor de una base militar en Mosul (Irak) y que se cobró la vida de al menos 22 personas fue «al parecer» un atentado suicida, según el jefe del Estado Mayor de EEUU, el general Richard Myers.

   «Parece que fue una bomba que portaba un atacante», declaró Myers en una rueda de prensa conjunta con el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, en el Pentágono, y en la que matizó que «al parecer era un varón que llevaba algo atado».

   En el atentado, que se ha atribuido el grupo radical islámico «Ansar al Suna», fueron asesinadas 22 personas y otras 69 resultaron heridas.

   Los primeros informes indicaban que fue un ataque con morteros, pero «Ansar al Suna» asegura en una página de internet que fue un atentado suicida ejecutado por un joven de Mosul de 24 años que trabajó en la base y espiaba para el enemigo.

   Myers indicó que en las próximas horas el Pentágono dará a conocer las primeras conclusiones de los investigadores.

   La probabilidad de que un terrorista suicida entrara al comedor de Marez, una base que utilizan tanto las tropas de EEUU como las de Irak, preocupa enormemente a los mandos militares estadounidenses, que han detectado un perfeccionamiento gradual de las tácticas rebeldes.

   En este sentido, Rumsfeld reconoció que «el enemigo es efectivo y tiene cerebro. Altera su táctica. A medida que suceden las cosas sobre el terreno, ven cómo respondemos y entonces cambian su táctica».

   Myers agregó, por su parte, que «las fuerzas de la coalición también incorporan las lecciones aprendidas de los ataques enemigos y actualizan sus tácticas día a día».

   El general afirmó que los responsables del atentado en Mosul son «los mismos insurgentes» que atacaron Estados Unidos el 11 de septiembre de 2001, la embajada estadounidense en Beirut en la década de los 80 y el buque USS Cole en 2000.

   «La mejor forma de prevenir esto es ganando» la guerra contra el terrorismo, concluyó Myers.

   Las autoridades estadounidenses han previsto un aumento de la violencia a medida que se acerca la fecha de las elecciones iraquíes, que se celebrarán el 30 de enero.

   No obstante, Rumsfeld alertó en la conferencia de prensa de que «esperar un Irak pacífico tras la elección es un error». Los insurgentes «tienen mucho que perder».

   Según los últimos datos dados a conocer por el Pentágono, entre las 22 víctimas mortales del atentado hay trece soldados de EEUU, cinco civiles estadounidenses, tres miembros de la Guardia Nacional iraquí y una persona no identificada, de nacionalidad no estadounidense.

   Entre los heridos, 44 son soldados estadounidenses, siete contratistas civiles de EEUU, cinco funcionarios civiles del Pentágono, dos civiles iraquíes, diez contratistas extranjeros y una persona sin identificar.

   La empresa Halliburton, una de las principales contratistas del Pentágono y que tiene la licencia de servicios de cafetería de las tropas de EEUU en Irak, ha indicado que cuatro de sus trabajadores se encuentran entre los muertos en el atentado.

   Tres subcontratistas de la compañía, que en un primer momento Halliburton había dado por muertos, han sido localizados con vida, según informó el grupo logístico.

   El atentado en Mosul, el peor perpetrado contra las tropas estadounidenses desde el comienzo de la guerra en Irak, se produce a poco más de un mes de la fecha prevista para las elecciones en el país árabe, el 30 de enero.

   En una visita a soldados heridos en el hospital militar Walter Reed, en las cercanías de Washington, el presidente George W. Bush declaró que el atentado no debe impedir los comicios y expresó su confianza en que «la democracia se impondrá en Irak».

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