Por: Arnaldo Abreu

Un ataque cibernético es una acción delictiva y malintencionada que se realiza para acceder a información privada. Detrás de estos ataques, hay delincuentes informáticos, hackers, organizaciones criminales, cuyo objetivo es apropiarse de la información o extorsionar a la empresa o persona atacada.

En los últimos días un grupo de ‘hackers’ llamados Anonymus se responsabilizó de los ataques cibernéticos contra Rusia e hicieron un llamado de paz, a través de su cuenta de Twitter, donde aclararon que el ciberataque está dirigido «a las acciones del Gobierno ruso y de Putin«.

¿La guerra cibernética debe preocuparnos?

La guerra cibernética es una realidad que debe preocuparnos. En los últimos días han coincidido en llamar la atención sobre el tema.

La preocupación se ha incrementado ante la aparición de Stuxnet; un gusano malicioso que aprovecha las fallas de seguridad de diversos sistemas para infectar software industrial, apagando plantas nucleares y fábricas.

A medida que las guerras cambian; y a su vez la intención de destruir al enemigo (y no el dominio de su territorio); técnicas de infiltración y destrucción de la moral desde adentro comenzaron a usarse.

Con la llegada del internet, esta estrategia de ataques cibernéticos logra alcances y posibilidades inexistentes hace algunas décadas. El dominio de un servidor, el acceso a información clasificada o a claves secretas puede permitir a un país sin plantas nucleares, manejar las ojivas nucleares de las potencias.

¿Qué tan cerca estamos de una confrontación?

Otro de los principales temores, es una acción ofensiva por parte del Gobierno Chino.

El conflicto por los mares de China Oriental y Meridional; Corea del Sur, Japón, y algunos países del Este Asiático, podría desencadenar una demostración de fuerza del gigante Chino (único país que no es un aliado cercano de los Estados Unidos). De darse tal conflicto, podría fácilmente escalar a una guerra regional, tras afectar seriamente las economías japonesa y surcoreana.

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