BAGDAD (AFP).- Al menos 23 iraquíes murieron en seis ataques en Irak, al día siguiente de la jornada más sangrienta desde la formación del nuevo gobierno del primer ministro chiíta Ibrahim al Jaafari, mientras Australia aseguró que no cederá ante los secuestradores de un australiano, que exigen a Canberra el retiro de sus tropas.

Unos 14 iraquíes murieron y cerca de 20 resultaron heridos en cuatro atentados con coche bomba y un ataque en Bagdad y su región. Posteriormente, dos atentados suicidas tuvieron lugar en Mosul, dejando cuatro muertos y siete heridos.

Cuatro soldados y un civil murieron también al norte de Bagdad.

Uno de los soldados era un británico que falleció tras resultar herido en una «acción hostil», anunció el ministro británico de Defensa, lo que elevó a 87 el balance de muertos británicos en Irak.

Unos 7.500 militares británicos están actualmente desplegados en Irak, la mayoría en el sur, alrededor de Basora.

El número de atentados con coche bomba el lunes fue superior al del sábado, cuando se produjeron cuatro ataques de este tipo, tras el estallido de la violencia el viernes pasado, jornada durante la cual explotaron al menos 12 coche bombas en la capital y sus zonas aledañas.

De otro lado, el gobierno de Australia, estrecho aliado de Estados Unidos en Irak, envió el lunes un equipo de socorro en forma urgente a este país para buscar la liberación de un ciudadano australiano secuestrado, pero rechazó ceder a la exigencia de los rebeldes de retirar sus tropas.

La familia del rehén se declaró «extremadamente preocupada» por la suerte de Douglas Wood, de 63 años, que brindaba servicios al ejército estadounidense en Irak cuando fue secuestrado, según la prensa.

El empresario residía en Estados Unidos desde 1992 y está casado con una estadounidense.

El primer ministro australiano John Howard declaró que la política extranjera australiana no puede ser «dictada por terroristas» y calificó el secuestro de un «acto diabólico».

El canciller australiano Alexander Downer precisó en Sidney que un equipo había partido hacia Irak, integrado por diplomáticos, funcionarios de la policía federal y personal de Defensa.

Australia había enviado 2.000 soldados para la invasión de Irak y en la actualidad cuenta con unos 550 militares en el país y deben recibir el refuerzo de 350 hombres más.

Los secuestradores de Douglas Wood exigen el retiro de Irak de las tropas australianas, estadounidenses y británicas, según un video difundido el domingo por el canal de información británico Sky News.

Paralelamente a este caso, las fuerzas de seguridad iraquíes y estadounidenses multiplicaron los ataques y detuvieron a 84 sospechosos en dos días en unas 19 operaciones en la capital y sus alrededores, según un comunicado militar.

Desde el jueves pasado, el ataque más sangriento fue cometido el domingo en la noche por un kamikaze que se abalanzó contra un funeral de un responsable del Partido Democrático de Kurdistán (PDK) en Tall Afar, al sur de la zona autónoma kurda, matando al menos 25 personas y más de 50 resultaron heridas, según el ejército estadounidense.

El lunes hacia las 12H30 (08H30 GMT), un coche bomba estalló en Zayuna, cerca de una oficina del servicio de pasaportes al este de Bagdad, dejando cuatro o cinco muertos, indicó a la AFP una fuente del ministerio del Interior.

«Dos de los muertos son policías y otros dos son civiles y uno de los cinco heridos es un policía», precisó la fuente.

Dos horas y media antes, otro coche bomba estalló en el centro de la capital, dejando cuatro muertos y diez heridos, todos civiles.

«El coche bomba que estalló en la calle Attar en Karrada, al centro de Bagdad, provocó cuatro muertos y diez heridos», indicó la fuente.

En Tarmya, a 25 km al norte de Bagdad, un tercer coche bomba estalló, según la misma fuente, al paso de un convoy del ejército iraquí, hiriendo a dos civiles, un policía y un soldado.

En otro atentado, cometido hacia las 09H45 (05H45 GMT), dos policías de la guardia del general Rachid Flaih, uno de los jefes de los comandos de la policía, fueron heridos, según una fuente del hospital Yarmuk.

Al norte de Bagdad, un policía fue muerto por hombres armados en la mañana, según la policía local. El ataque tuvo lugar en Jalis, a 80 km al norte de la capital, en una región donde los ataques contra la policía son frecuentes.