BAGDAD (AP) — Una matanza en la casa de un jefe policial, un minibús lleno de explosivos y un ataque suicida en un mercadillo dejaron ayer al menos 43 muertos a lo largo y ancho de Irak.

 En uno de los episodios más sanguinarios de los últimos meses, un grupo de atacantes entró en el hogar de un jefe de la policía de Bakuba, en el norte de la capital, y mató a su esposa, dos hermanos y 11 guardias de seguridad. Los atacantes secuestraron además a los tres hijos mayores del agente, que no se encontraba en la casa. 

En el norte de Irak, varias bombas estallaron en una mezquita chií en un poblado cercano a la ciudad petrolera de Kirkuk, con un balance de al menos 13 muertos y 14 heridos, dijo la policía.  Y en el sur de Irak, un minibús explotó frente a la estación de buses de Kurná y dejó al menos 16 muertos y 32 heridos, dijo el director de un hospital de la zona donde fueron tratadas varias víctimas.

 El repunte de la violencia en todo el país abre dudas sobre el control que están ejerciendo las autoridades nacionales y las fuerzas estadounidenses en mantener la seguridad del país. El jueves el número de bajas del ejército norteamericano superaba los 3.500.

 El ataque de Bakuba sugiere un fortalecimiento de los rebeldes, ya que se han incrementado los ataques en esa zona.  Mientras, las bombas en la mezquita chií comenzaron a eso de la 1.45 de la tarde, cuando explotó un automóvil estacionado cerca de donde salían los fieles de la mezquita Takalain, luego de las oraciones de la tarde en el poblado de Dakok, 45 kilómetros al sur de Kirkuk, dijo el jefe de policía, general de división Farhan Abdul-Rahman Youssef, luego de recorrer el área.  Cerca de cinco minutos después, un atacante suicida fue visto conduciendo a la mezquita.