Ataques del 11-S trajeron cambios en EEUU y el mundo

Ataques del 11-S trajeron cambios en EEUU y el mundo

Boston (United States), 10/09/2021.- Drew Kelly joins other volunteers planting approximately 5000 US flags at the Fallen Heroes Memorial, in the Seaport District, in Boston, Massachusetts, USA, 10 September 2021. The flags were being planted in honor of the military lives lost in the conflicts since the 9/11 attacks in New York City. (Atentado, Estados Unidos, Nueva York) EFE/EPA/CJ GUNTHER

El 11 de septiembre. Dividió la historia

En Estados Unidos, dio origen al autoproclamado patriota enojado y agraviado, y aumentó la vigilancia

En los espantosos escombros de la zona cero de las torres caídas hace 20 años, la hora cero llegó: una oportunidad para empezar de nuevo.

Los asuntos mundiales se reordenaron abruptamente aquella mañana de cielos azules, cenizas negras, fuego y muerte del 2001. En Irán, cánticos de “muerte a Estados Unidos” rápidamente dieron lugar a vigilias a la luz de las velas para lamentar los muertos estadounidenses.

Vladimir Putin intervino con una ayuda sustancial mientras Estados Unidos se preparaba para ir a la guerra en la zona de influencia de Rusia. Moammar Gadhafi, de Libia, un dictador asesino con una vena poética habló del “deber humano” de estar con los estadounidenses después de “estos eventos horribles e impresionantes, que seguramente despertarán la conciencia humana”.

Desde los primeros momentos terribles, a los aliados de siempre de Estados Unidos se unieron enemigos de hacía mucho tiempo en ese instante singularmente estimulante. Ninguna nación de prestigio mundial ovacionaba a los terroristas apátridas que juraban conquistar al capitalismo y la democracia. ¿Qué tan excepcional es eso? Resultó ser demasiado excepcional para durar.

En lugar de un nuevo orden, el 11 de septiembre alimentó 20 años de guerra en el extranjero. En Estados Unidos, dio origen al autoproclamado patriota enojado y agraviado, y aumentó la vigilancia y la sospecha en nombre de la defensa común. Abrió una era de deferencia hacia las fuerzas armadas cuando los legisladores se retiraron de la supervisión y permitieron que los presidentes dieran primacía a las fuerzas armadas sobre las fuerzas del orden público en la lucha contra el terrorismo.

Y provocó un sentimiento antiinmigrante, principalmente dirigido a los países musulmanes, que perdura hasta la actualidad. Una guerra de necesidad —ante los ojos de la mayor parte del mundo— en Afganistán fue seguida dos años más tarde por una guerra por elección cuando Estados Unidos invadió Irak con falsas afirmaciones de que Saddam Hussein ocultaba armas de destrucción masiva.

El presidente George W. Bush calificó a Irán, Irak y Corea del Norte como un “eje del mal”. Y así abrió el pozo profundo y mortal de las “guerras eternas”. Hubo convulsiones en todo Oriente Medio, y la política exterior de EU dio paso a un cambio de dirección.

Todo cambió
La militarización es más evidente

Mucho más vigilancia
Después del 11 de septiembre, el gobierno puso capas de burocracia a las fuerzas del orden para apoyar al aparato de seguridad expansivo. La militarización es más evidente ahora, desde las ciudades grandes hasta las pequeñas.

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