Atención al parto, acto de amor

Atención al parto, acto de amor

Tahira Vargas

A mediados de este año (2021) Ministerio de Salud Pública junto a UNICEF e INSALUD publicaron “Orientaciones técnicas para la atención obstétrica y neonatal con incorporación de la perspectiva de género y el enfoque de derechos de niños, niñas, personas adolescentes y mujeres” que elaboramos bajo la coordinación de la Oficina de Equidad de Género y Desarrollo de ese ministerio.

La guía responde a una necesidad perentoria en el sistema de salud, ofrecer al personal un instrumento con aspectos prácticos para lograr una experiencia de “parto positiva” desde el respeto a los derechos de las mujeres, niños, niñas y personas adolescentes en la atención preconcepcional, embarazo, parto, postparto y atención neonatal.

RD es uno de los países de la región con más altas tasas de mortalidad materna y neonatal. Las causas de la mortalidad materna (SINAVE 2017) son en un 88% evitables y el 85% están vinculadas con la falta de calidad de la atención acompañada de prácticas de violencia obstétrica con manifestaciones de violencia verbal, psicológica y física en los procesos de atención, parto y puerperio y neonatal por el personal de salud hacia mujeres, personas adolescentes y recién nacidos. (Barinas 2012) (Báez/CEG INTEC/UNFPA/MSP, 2017).

Se convierte así en una prioridad el mejoramiento de la calidad de la atención a mujeres embarazadas desde inicios del embarazo hasta el postparto y al recién nacido independientemente de su nacionalidad, procedencia social y creencias religiosas.

En el manual se define la atención al parto como acto de amor en el cual la parturienta necesita sostén afectivo, así como cuidados respetuosos libre de violencia, trato digno, orientación e información permanente, confianza, escucha, privacidad, confidencialidad, humanización sostenida en calidad y calidez, respeto a los derechos sexuales y reproductivos y el reconocimiento de que la usuaria de los servicios de salud es la protagonista de los mismos.

Las situaciones recientes a las que han sido sometidas mujeres embarazadas haitianas entran en total contradicción con la naturaleza de la guía, los preceptos establecidos por el Ministerio de Salud Pública en su documento marco (2019), y con los principios para la atención obstétrica y neonatal, establecidos por la OMS/OPS.

El baño de violencia, maltrato, violación de derechos e irrespeto a la vida realizado desde agentes de migración contra mujeres embarazadas haitianas oscurece los esfuerzos que se han desarrollado en el país para mejorar la calidad de la atención en salud. Las prácticas discriminatorias que se pretenden romper con la citada guía se legitiman con la realidad observada en estos días en algunas maternidades del país. Se agudizan así los problemas existentes que han generado violencia obstétrica y mortalidad materna.

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