Angela Peña publicó en HOY, el pasado 12 de enero, una columna que me estremeció. Se refería a los numerosos crímenes que se están cometiendo en el país, sin que nadie parezca hacer nada para impedirlo. Al contrario, delincuentes procesados y condenados por secuestro y asesinato, por ejemplo, son objeto de «generosos» indultos.

Angela pone varios ejemplos, que deben ser estudiados por los padres de hijos adolescentes.

Un joven de menos de 25 años, graduado de médico y listo para irse a Europa a estudiar una especialidad, asesinado atrozmente por un asaltante en un lugar de «comida rápida» de la avenida Núñez de Cáceres.

Y el asesinato de Arlene Pérez, de Oliver y de tantos más que no se encontraban ni en discotecas ni en lugares sombríos. Por eso titulo esta columna «Atención, Padres de Familia». ¿ Por qué ? Porque de ellos es la responsabilidad de que sus hijos adolescentes estén en las calles de esta amenazada ciudad en horas de la noche.

A mis nietas, que sus novios las inviten a almorzar, ¡ no a cenar ! Y mucho menos a discotecas de ningún tipo, donde la juventud se aliena con el baile del «perreo» y otras barbaridades.

Voy más lejos. El nieto mío que quiera ver un partido de beisbol, que lo vea por televisión, porque me opongo terminantemente a que vaye al estadio que sea, acompañado del mejor amigo del mundo y ni con guardaespaldas.

Y mis hijos, todos profesionales de éxito, les voy a reiterar públicamente lo que ya estoy cansado de decirles: sus hijos en sus casas desde las siete de la noche. Todo, hasta que la ley impere en este desesperado país donde el pobre que come una vez al día es un privilegiado, donde la gasolina va camino de cien pesos el galón, al igual que el gas oil, al igual que la comida.

Las calles de esta capital y de muchas ciudades del país, no son seguras. Y si usted vive en un barrio de «cachet», que sepa que para llegar al mismo tiene que pasar por más de un barrio donde la delincuencia impera.

¿ Qué los hijos protesten ? Pues que lean en los diarios lo que está pasando en este país. Yo mismo fuí víctima de un intento de atraco a las diez de la mañana de un sábado, a pocos kilómetros de La Cumbre, cuando me dirigía al Santo Cerro. Dos motoristas vestidios de civil me señalaron que me detuviera a la derecha. Uno de ellos fue a parar como a veinte metros del lugar y el otro, al notar que iba hacia él, retrocedió y emprendió la fuga. Al llegar a Bonao puse la correspondiente querella en la Policía Nacional.

Entonces, atención padres de familia, ustedes, y nadie más que ustedes son los responsables de la conducta de sus hijos, de protejerlos contra la maldad humana, de educarlos como debe ser. no importa que sean ricos o pobres.

El momento no es para andarse con falsas poses democráticas dentro de la familia. Déjenle eso al gobierno, un gobierno que no sabe defender a sus gobernados.