Si convives con un manipulador, él o ella van a ser muy bueno en hacerte sentir de todo menos cambiar de pareja.

Conoce las tácticas de manipulación y aprende cuáles son las armas favoritas de tu pareja en tu contra para que puedas protegerte,  aunque si estás en condiciones de hacerlo, puede ser mejor dejar la relación por completo.

Tal vez puedas reconocer varios de los siguientes signos de advertencia de que tu pareja te está manipulando.

1. Saca tus errores del pasado y usa tus debilidades en tu contra. Te reitera los errores del pasado cada vez que puede. Una vez que tu pareja ve un huequito en tu armadura, la utiliza una y otra vez para obtener ventaja, hiriendo tu ego o tomando oportunidades para avergonzarte con lo que más te duele.

2. Chantaje emocional. Esto toma la forma de intimidación, vergüenza, culpa, o amenaza – decir cosas como, «me voy a morir si me dejas», o: «¡No puedo creer que hayas caído tan bajo con lo que hiciste el otro día!» Algunos manipuladores pueden incluso recurrir a la violencia.

3. Culpa y vergüenza. Una manipuladora tratará de hacerte sentir como si nunca haces lo suficiente, haciéndote sentir que sus problemas emocionales son por tu culpa. De nuevo, esto hace bajar tu autoestima, convirtiéndote en presa fácil.

4. Culpar a los demás Ya sea que te eche la culpa a ti o a alguien más, tu pareja no se hará responsable de su mala conducta.

5. Hacerse la inocente. Cada vez que hay un conflicto, tu pareja consigue hacerte creer que ella es la perjudicada –Todas las veces. Terminas sintiéndote mal por él, y simpatizas con sus malas experiencias. Puedes incluso llegar a consolarle, disculpándote por algo (o todo), y diciéndole que la próxima vez vas a hacerlo mejor. ¿Cómo es que resulta inocente todas las veces?

6. Tácticas de humillación. Un manipulador te avergüenza delante de los demás y luego hace una de dos cosas: actúa como si no se diera cuenta que iba a herir tus sentimientos o actúa como si no le importa lo que hizo. Esta herramienta hace que tu autoestima baje y hace que tu pareja se sienta mejor consigo mismo – aunque, tal vez, no se da cuenta que es por eso que lo está haciendo.

7. La técnica de «poner el pie en la puerta». Tu pareja hace una pequeña petición que es fácil de aceptar y luego sigue con su petición real. Esto hace que sea difícil que puedas decir que no. Si lo haces, tu pareja actúa molesto o lastimado, haciendo que tú seas el malo de la película. Ahora estás a la defensiva y tu pareja ha ganado otra batalla.