Atenciones y cuidados para el envejeciente
en el hogar

Atenciones y cuidados para el envejeciente <BR>en el hogar

POR MIRFAK ROWLAND
El cuidado de los envejecientes es una tarea que no sólo requiere de dedicación, sino también de conocimientos, pues estas personas necesitan atenciones especiales, debido a que con los años se vuelven más frágiles y tienden a depender, tanto física como emocionalmente, de su cuidador.

Según especialistas en el área, al cuidar un anciano se deben tomar en cuenta algunas cosas. Primero, el cuidador debe saber cómo se encuentra la salud del adulto mayor, si posee alguna enfermedad o padecimiento que le pueda ocasionar alguna complicación futura y poseer conocimientos básicos sobre ésta para que, en caso de que dicha complicación surja, se pueda actuar con rapidez y precisión hasta que el médico pueda atender al paciente. Segundo,  el cuidador debe estar consciente de que el paciente que atiende requiere de una atención especial, por lo que deben estar basadas en la paciencia, el amor y el reconocimiento de que éste puede en algún momento actuar de forma inusual e inesperada, algo propio de su edad. Y por último, debe conocer y manejar cosas tan elementales para el anciano como los alimentos que debe o no debe ingerir, los medicamentos, el aseo, la postura al dormir o descansar y el uso de instrumentos que éstos suelen utilizar como la silla de ruedas, el bastón, las muletas, entre otros, siempre contando con la asesoría de un médico geriatra.

LA ALIMENTACION

Según especialistas, los alimentos que consume el envejeciente deben estar siempre a una temperatura conveniente. La presentación deberá ser, en lo posible, apropiada y llamativa. Lo ideal es y siempre será, que se le dé de comer en el comedor, a la hora en que todos los miembros de la familia comen, para favorecer su apetito y su convivencia con el resto de la familia. Es recomendable colocar un delantal de plástico al anciano para evitar derrames de alimentos en su ropa; con esa medida, no tendrá que cambiarlo en innumerables ocasiones. Sitúese siempre sentado frente o a un lado de la persona. De esa forma se dará cuenta de cualquier situación normal (que se pase el bocado, que desee tirarlo, si se ensució los labios, etc.), o anormal (si se atraganta, recuerde que es una situación que muy comúnmente causa la muerte a un adulto mayor por asfixia).

En cuanto a las dietas especiales, los envejecientes que requieren de auxilio a la hora de los alimentos tienen también la necesidad de estas dietas, ya en su composición, ya en su textura, o en su preparación. Las dietas para diabéticos serán indicadas por su médico, aunque muchos son relativamente estables y es posible ser un poco más flexibles al alimentarlos.

La situación más frecuente será siempre la de alimentar al adulto mayor sin dientes, es decir, sin la capacidad de masticar con facilidad, por lo que una medida ideal la constituyen los purés y los licuados.

EL ASEO

El aseo del adulto mayor puede realizarse cada dos días hasta cada cinco, dependiendo de factores como el peso del anciano, la frecuencia de sus evacuaciones, la limpieza al dársele sus alimentos, las dificultades que represente su traslado al baño por la distribución de la casa, entre otros factores.

Debe utilizar jabones neutros o especiales que no resecan demasiado la piel (de almendra, de cacahuate, etc.), o los que proveen ciertos lubricantes apropiados para la misma. Es recomendable reemplazar el tradicional estropajo por una toallita facial o por una esponja.

El baño del adulto mayor se debe dar siempre sentado, en silla de plástico, con piernas abiertas y que cuente con un orificio para poder asear perfectamente los glúteos y sus más recónditas áreas, para impedir el desarrollo de focos de infección es esas zonas de tan difícil acceso.

El aseo de los genitales del anciano exige de tiento, respeto y minuciosidad, debido a que estas zonas producen olores desagradables y son las áreas en donde más se alojan bacterias. Se debe utilizar una toallita de felpa o de algodón (toallita facial) impregnada de espuma de jabón, a fin de prevenir cualquier irritación o infección que se pueda producir a consecuencia de una limpieza mal proporcionada.

POSTURA AL DORMIR

Cuando al adulto mayor, o cualquier persona, lo obliga su estado a permanecer la mayor parte del día en la cama, es necesario preparar una cama de tamaño individual u hospitalaria que facilitaría la tarea de moverlo. El colchón puede ser convencional, de agua, de aire de presión intermitente, entre otras opciones.

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