BAGDAD (AFP).- Más de 40 personas murieron en una nueva jornada sangrienta en Irak, donde recrudecía la violencia tres días después del anuncio sobre la formación del gobierno dirigido por el primer ministro chiíta Ibrahim al Jaafari.

En el atentado más trágico del domingo, perpetrado con un coche bomba en Tall Afar, 80 km al oeste de Mosul -norte de Irak-, al menos 25 personas murieron y más de 30 resultaron heridas.

«El balance del atentado es de 25 muertos y más de 30 heridos», informó un responsable de la oficina del jefe del Partido Democrático de Kurdistán (PDK) en Mosul y vicegobernador de la provincia de Ninive, Jusru Kurane.

Poco antes, en un primer balance, el propio vicegobernador se había referido a «20 muertos y 30 heridos».

Según esta misma fuente, un kamikaze a bordo de un coche bomba hizo explotar su vehículo en Tall Afar, cuando varias personas estaban reunidas con ocasión de los funerales de un responsable del PDK asesinado el sábado en Mosul.

En medio de la nueva ola de violencia que estremece al país, un ciudadano australiano, que se identificó como Douglas Wood, fue secuestrado en Irak, según un video difundido el domingo por la cadena de información británica Sky News captada en París. El secuestrado pide el retiro de Irak de las fuerzas de la coalición dirigidas por Estados Unidos y afirma temer por su vida.

Asimismo, cinco iraquíes detenidos en el sur de Bagdad confesaron haber raptado y ejecutado a la irlandesa Margaret Hassan, responsable de la organización humanitaria Care secuestrada el 19 de octubre de 2004 en Irak y cuyo cuerpo nunca se encontró, informó a la AFP una fuente del ministerio del Interior.

Los cinco iraquíes que confesaron el secuestro y ejecución de Hassan forman parte de un grupo de 11 sospechosos detenidos en la zona de Jaara, región sur de Bagdad, en una operación conjunta de las fuerzas policiales y militares iraquíes, apoyadas por soldados de Estados Unidos.

La multiplicación de ataques terroristas desde la formación del gobierno se inscribe en el marco de una tendencia que se está generalizando en todo el país, ya que según estadísticas de los ministerios iraquíes de la Salud, Interior y Defensa, el número de civiles muertos en estos actos violentos aumentó en 48% en abril en relación al mes anterior.

De acuerdo a estas cifras, 567 iraquíes murieron en abril, contra 383 en marzo, y 668 resultaron heridos durante este último mes, contra 494 en el mes anterior.

El voto de confianza que dio el jueves pasado la Asamblea Nacional Transitoria al gobierno todavía incompleto de Jaafari tuvo como respuesta al día siguiente 12 atentados con coches bomba en todo el país, y cuatro más el sábado.

Este domingo, apenas amanecía cuando cinco policías fueron ametrallados en un control a la salida sur de Bagdad. El grupo del jordano Abu Musab al Zarqaui, jefe de la red terrorista Al Qaida en Irak, reivindicó este ataque, y aseguró que sus hombres «diezmaron el conjunto de la patrulla, antes de retirarse sanos y salvos», en un comunicado en internet.

En Bagdad, cinco iraquíes, entre ellos una niña, perdieron la vida y otros doce fueron heridos en un atentado con coche bomba en el barrio de Zafaraniya, cerca de una comisaría de policía y un edificio municipal, según una fuente policial.

También fueron asesinados en Bagdad un responsable municipal y otras dos personas que lo acompañaban en su coche. Horas después, un niño murió y 10 personas resultaron heridas en el segundo atentado con coche bomba del domingo en Bagdad, que también dañó un vehículo blindado del ejército estadounidense, según una fuente de seguridad.

Al balance de muertos se sumaron dos empleados de una empresa iraquí de obras públicas que mantiene contratos con el ejército de Estados Unidos y que fueron asesinados por hombres armados este domingo en Bagdad, indicó una fuente de la policía.

En la zona rebelde del norte de Bagdad, tres iraquíes y un camionero turco murieron en una serie de ataques el domingo por la mañana y otros tres iraquíes perdieron la vida el sábado por la noche, según fuentes de la seguridad.

Respecto al caso de Margaret Hassan, una fuente del ministerio del Interior dijo a la AFP que «cinco de los detenidos reconocieron el secuestro y el asesinato de Hassan», subrayando que los los otros seis detenidos iraquíes también tenían «algo que ver con este asunto».

Tahsine Ali Hassan, el esposo de Margaret, afirmó a la AFP que no estaba al tanto de estas detenciones.

Margaret Hassan, que trabajaba en Irak para la organización humanitaria Care, tenía la triple nacionalidad irlandesa, británica e iraquí, estaba casada con un iraquí y vivió durante 30 años en Irak.

En este contexto de violencia, Jaafari debe concluir en los próximos días la formación de su gobierno, pues todavía quedan vacantes dos cargos de vice primer ministro y cinco ministerios, entre ellos, el de Defensa, que había sido prometido a un representante sunita.

Las decenas de comunistas que se manifestaron este domingo, día del trabajo, en el centro de Bagdad criticaron a este gobierno, al que le reprochan que esté siendo formado sobre una base confesional.