Aterrizaje de la economía china

Aterrizaje de la economía china

Hace rato que China dejó atrás el crecimiento de dos dígitos. Ha estado en baja por reducción del nivel de comercio con los principales socios y ahora se suma la pérdida de producto por el coronavirus letal de Wuhan.
El año pasado avanzó un 6.1%, la peor tasa desde hace muchos años, en parte por la guerra comercial con Estados Unidos, el comercio exterior neto (aumento anualizado de las exportaciones menos el de las importaciones) redujo su contribución. El empujón fue del consumo de los hogares, aportó 3.5 puntos porcentuales.
En 2020 las cosas no pintan mejor. Standars & Poor’s pronostica que por el coronavirus el PIB perderá no menos de 1.2 puntos porcentuales, a lo que yo agrego, como el crecimiento crea empleos y reduce la pobreza, la desaceleración no implica aterrizaje forzoso.
Está viviendo su peor momento desde diciembre 2019 cuando documentó el virus, ahora trabaja a marcha forzosa parar su propagación, ganará el pleito, tiene los recursos. La historia nos cuenta que si hasta la década de los ochenta del pasado siglo, estimulaba la emigración de trabajadores baratos para que escaparan de la pobreza, ahora es exportador neto de capitales y de tecnología. Que con trabajo y paciencia acumuló un alto y sostenido crecimiento del PIB, pasando de la pobreza total a la segunda economía mundial cuando en 2010 desplazó a Japón y a Alemania.
Organizó la Primera Ruta de la Seda en el siglo I antes de Cristo, atravesó Mongolia, India, Persia, Arabia Saudí, Siria, Turquía, Europa y África. En 2013 inició la segunda versión de la Ruta de la Seda, para Trump pretende dominar el mundo. La realidad es que en poco tiempo se convirtió en el segundo socio comercial de Latinoamérica y el Caribe, con fuerte inversión extranjera directa (IED) y préstamos institucionales.
Según China Global Investment Tracker, en todo el mundo la IED de China sumó US$2,034,220 millones de 2001 a 2018, de los cuales US$3,480 millones en las Antillas Mayores, US$3,550 en las Antillas Menores y US$186,560 millones en los Estados Unidos. Los préstamos institucionales sumaron US$150,186 millones de 2005 a 2017, superado los del Banco Mundial y el BID juntos en 2015.
En la Región ha combinado dos armas poderosísimas, IED con préstamos institucionales. Colombia es el ejemplo más reciente, financiará y construirá la primera línea del metro de Bogotá y el ferrocarril que conectará ciudades vecinas, y con IED compró los derechos de una importante mina de oro, agresividad que desde luego enfureció a Trump.
En cuanto a República Dominicana, no necesitamos préstamos institucionales, hay que alejarse de la tentación, queremos inversiones para producir y exportar bienes fuera de nuestro alcance por falta de capital y tecnología, no para producir más de lo mismo.
Si continúa la propagación del virus, es difícil que este año la economía global avance el 3.3% que pronostica el FMI, no obstante el poco riesgo financiero por los bajos tipos de interés, $12 billones de dólares, un cuarto de la deuda mundial, tienen rentabilidades negativas. Lo mismo pienso respecto al 1.6% para Latinoamérica y el Caribe, riesgos que debemos tener presente, esperamos que nuestro PIB nuevamente aumente sobre 5%.

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