Atinada decisión del presidente: cuatro años de atención al agua

Atinada decisión del presidente: cuatro años de atención al agua

El volumen de agua que disponen los países anualmente es una cantidad finita, limitada, dada por la naturaleza, que varía cada año pero su promedio a largo plazo es imposible de cambiar por el humano en forma directa, de manera indirecta lo estamos modificando. Presenté en 2003 una conferencia en la Academia de Ciencias de la República Dominicana, publicada en el 2004 con el título: “Cambios Meteorológicos, Evidencias de Eventos Extremos” en la que describía cómo algunos modelos matemáticos muestran los cambios climáticos futuros en distintas regiones del mundo, dónde disminuirán las lluvias y dónde aumentarán pero en general, para el hemisferio norte, se pueden esperar períodos de lluvia más intensos; las sequías, por su parte, serán más severas.
Si las predicciones se realizan, como parece es el caso, tendríamos que almacenar suficiente agua en los períodos de intensas lluvias para cubrir los meses de pronunciadas sequías, puesto que en las precipitaciones copiosas parte del agua va al mar. Este objetivo resulta costoso y difícil e imposible para algunos países que no tengan una topografía, relieve, que genere abundantes o grandes sitios para presas. Afortunadamente, nuestro país es muy montañoso pero aun así la solución no es evidente.
A la luz de los párrafos precedentes la decisión del presidente Medina, unas semanas atrás, de que en su próximo período dedicaría especial atención al agua, es saludable y trascendente. Naturalmente, sus efectos dependerán de la amplitud de los planes y propósitos que se planteen. Aumentar la disponibilidad de agua mediante la construcción de presas para mejorar el porcentaje de aprovechamiento de los ríos donde ya existen y desde luego agregar otras en ríos que tengan las condiciones necesarias, es una de las acciones que se derivan de las predicciones matemáticas. Por supuesto, mayor volumen de embalse nacional permitiría manejar sequías más largas.
Sin embargo, esta ruta se enfrenta la lentitud en los trámites de financiamiento, especialmente ahora que Brasil parece que va a estar fuera de alcance.
Nótese que ahorrar agua es equivalente a aumentar la disponibilidad, quizás la forma más económica de mitigar el problema. Si nos hacemos más eficientes, cuidadosos y consumimos menos, es como si cada uno estuviera construyendo su pequeñísima presa, sumadas se constituirían en una grande.
Ser cautos y cuidadosos en el uso del agua es necesario aunque se implemente un programa presas o lagunas, ya que si aumentamos el almacenamiento y luego se desperdicia, no habremos resuelto nada. Economizar agua conlleva educación de la población y mejoramiento de la infraestructura y métodos de uso. Es un largo y tedioso proceso que toma muchos recursos, constancia y tiempo pero que con la determinación presidencial se puede comenzar perfectamente para ser continuado en períodos sucesivos.
Mejorar la eficiencia de riego requiere mantener los canales en buenas condiciones, usar métodos que permitan lograr las eficiencias que se desean y operadores diestros, así como regar cuando sea adecuado y no cuando quiera el operador o el dueño del fundo.
En lo relativo a los acueductos, convendría implementar un programa para determinar las pérdidas de conducción y al mismo tiempo incentivar la corrección de las fugas domiciliarias.
Aumentar el volumen de agua disponible por año depende de algunas variables que podemos controlar como las citadas antes y de otras que dependen de la naturaleza, estas últimas solamente podemos influirlas limitadamente, pues los grandes países son los mayores contaminantes y los de mayor influencia en el medio ambiente.
La arborización del país es una de las medidas que podemos y debemos controlar. Cobertura vegetal y bosques saludables, extensos, disminuyen la temperatura con lo cual aumentarían las precipitaciones en el país. Así que es conveniente verificar si las áreas de bosques comerciales están verdaderamente siendo resembradas de acuerdo a los planes que fueron aprobados, prohibir los terribles “raleos” y mantener una vigilancia adecuada.

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