Atinada decisión en el PRSC

Atinada decisión en el PRSC

El presidente del Partido Reformista, Ing. Carlos Morales Troncoso, acaba de tomar una atinada decisión, cuando nombró una comisión para evaluar los casos de aquellos reformistas que apoyaron una candidatura diferente a la decidida por la asamblea del partido en febrero pasado. 

 Un partido político jamás podrá crecer y consolidarse como tal, mientras prevalezcan en él obstáculos que impidan su unidad monolítica. En el caso del reformismo, ha sido una característica constante  las rencillas, divisiones  y desacuerdos que han bloqueado de manera permanente su recomposición como partido mayoritario y una mayor participación en los últimos procesos electorales.

El Partido Reformista, luego de la desaparición de su líder máximo Joaquín Balaguer, no ha logrado una verdadera cohesión en su dirigencia.  Reconocemos los  esfuerzos de su actual presidente en cohesionar esa agrupación bajo un liderazgo sólido y compartido.  Pero si indagamos en  la historia reciente del reformismo tenemos que llegar a la conclusión que todos estos esfuerzos debieron merecer mejores frutos.

Debo aclarar que no estoy en desacuerdo en que se revisen los casos de aquellos compatriotas que se fueron voluntariamente y a los cuales se les aplicó un artículo estatutario diseñado por muchos de ellos mismos. Lo que rechazo es que los que puedan y merezcan  volver, ocupen de nuevo los espacios dirigenciales que abandonaron, y que han sido por razones obvias llenados por otros compatriotas.  Por otra parte, voces interesadas cometen el error de comparar el caso de los actuales compatriotas disidentes con aquellos que tomamos la decisión en el año 2004 de apoyar a Leonel Fernández.  Aquella coyuntura fue muy diferente a la recién pasada. Recordemos la crisis surgida tras las elecciones primarias que causó la división entre los grupos Peynado y Estrella.  Recordemos también que los expulsados de entonces, volvieron al partido a través del llamado que hiciera la dirigencia encabezada por Antún Batlle como simples miembros, ya que los cargos que ocupan algunos de ellos son consecuencia de la posterior y legítima Convención.

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