LA HABANA, (AP).-  La nadadora estadounidense, Diana Nyad, continuaba el sábado su travesía a mar abierto por el Estrecho de La Florida intentando unir a nado las costas de Cuba con las de su país. «Ha sido una noche y una mañana difícil», expresó una nota colocada por sus colaboradores en Facebook.

Los asistentes de la mujer le dan seguimiento contínuo y van reportando en las redes sociales las incidencias del viaje. La atleta, quien partió en la tarde del viernes de una marina en esta capital, sufrió multiples picaduras de una medusa, indicaron. Inicialmente incluso bajó el ritmo de sus brazadas a 48 por minuto –de las entre 52 y 55 iniciales–, dijeron sus colaboradores. «Ella está luchando en estos momentos», agregaron. Por la mañana Nyad había recorrido unos 40 kilómetros de los 166 totales que separan ambas costas.

La nadadora de 62 años busca cruzar nadando el Estrecho de La Florida. A comienzos de agosto fracasó en el mismo trayecto tras 29 horas de esfuerzo debido a los fuertes vientos, las corrientes y problemas de salud. Nyad anunció el viernes en una conferencia de prensa que estaba lista para retomar su iniciativa esa misma tarde. «No escuchen a los atletas cuando dicen que se acabó», se disculpó la mujer ante periodistas.

De lograrlo será la primera persona en cruzar el Estrecho sin la ayuda de una jaula a prueba de tiburones, confiando sólo en la tecnología (un campo eléctrico alrededor de ella) y buzos que ahuyentarán a los depredadores. Su travesía se extenderá a lo largo de 166 kilómetros por el Estrecho de la Florida.

 «Estoy en mejor forma que antes. Más preparada que nunca», manifestó a periodistas antes de salir. En agosto de 1978, Nyad había también realizado un intento —que se frustró tras 42 horas de nado— de unir las costas de ambos países, pero en ese entonces lo hizo en una jaula que la protegía de los tiburones. Un año después la atleta festejó su cumpleaños nadando 165 kilómetros desde las costas de Bahamas hasta la Florida, pero ya sin jaula.

 Nyad reiteró que su iniciativa busca demostrar que la edad no es un obstáculo para los sueños e incentivar a las personas mayores a llevar una vida activa. Además espera ofrecer un mensaje de amistad entre Cuba y Estados Unidos, políticamente distanciados desde hace décadas. A la nadadora no se le permitirá tocar el barco que la acompañará a lo largo de la travesía.