Se entrenan como profesionales, compiten al máximo de sus posibilidades y sueñan, cada noche, con lo más alto del podio. Sin embargo, la carrera de gimnastas rítmicos de 70 alumnos del liceo Francisco Gregorio Billini, de Baní, Peravia, no es nada sencilla.
De la mano de su entrenador José -Moreno- Guerrero han ganado por tres años seguidos la competencia interprovincial de esta disciplina. Y todo ello con una permanente lucha contra viento y marea.
Este equipo de medallistas no tiene lugar donde entrenar, uniformes adecuados para entrenar, tampoco colchones y mucho menos equipos como la cuerda, el aro, la pelota, las mazas y la cinta, todo ha sido a fuerza de voluntad y por el amor a este deporte.
“Es un deporte muy caro y apenas contamos con el apoyo institucional. En Baní, pese a ser pioneros, nos falta apoyo. Pero que nadie dude que seguiremos apostando por la gimnasia rítmica”, asegura el profesor Guerrero.
Asimismo, explica que el Liceo Francisco Gregorio Billini es el único centro educativo del país que ha ganado tres títulos consecutivos, de oro y plata, en esta disciplina.
El equipo tiene cuatro años practicando y es parte de los contenidos académicos de la asignatura de educación física, pero los alumnos solo pueden practicar algunas horas porque no cuentan con un gimnasio cerrado. “Los muchachos tienen mucho talento, si tuvieran un lugar donde practicar más horas al día pudieran convertirse en deportistas de alto rendimiento”, dice el entrenador.
Pese a las dificultades el entrenador asegura que sus gimnastas están avanzando en está disciplina, y son capaces de montar una rutina completa de esta modalidad deportiva.
Motivación. Si bien estas clases son parte del plan de estudios de los alumnos de media, también ha sido una herramienta para reducir la violencia escolar e incluso, para mantener a los adolescentes en actividades productivas. “Muchos de estos muchachos han tenido problemas de conducta y gracias a las prácticas, han cambiado su actitud”, dice Guerrero.
Pasión sin límites por la gimnasia. Carisma y energía acompañan a este grupo. Shailyn Ulloa es una de las más experimentadas en el equipo, tiene cuatro años entrenando y siente que nació para esto. Su deseo es llegar a la cúspide de esta carrera y poder representar el país y más que eso, su natal Baní, en alguna competencia internacional.
“Este deporte es mi gran pasión y me gustaría ser una atleta completa”.
Igual es el caso de Estheisy Mateo, quien desde que dio sus primeros pasos en el deporte derrochó calidad y mostró que tenía el don para sobresalir en la gimnasia rítmica.
A cuatro años de practicar ha ganado siete medallas y cada una es símbolo de entrega y dedicación, “Esta es mi vida, mi pasión y el reto de asumir el rol de representar mi provincia y de ser ejemplo para las más pequeñas.
Más que un deporte una pasión. Sobre las condiciones que debe tener un joven para entrar a este mundo, Moreno explica que lo principal es el deseo por hacerlo, porque lo demás se puede adquirir con muchas horas prácticas y sobre todo con la disciplina que caracteriza un buen atleta.