Atraso en la modernidad

Atraso en la modernidad

Una de las virtudes que debe adornar a  la justicia es la celeridad, para que los procesos se ejecuten en tiempo razonable. Se entiende que en materia judicial, permitir  subterfugios jurídicos que prolonguen innecesariamente los procesos equivale a denegación de justicia. Y en un Poder Judicial que ha dado pasos de avance, la vigencia de un Código Civil obsoleto es una forma de atraso y eventualmente de denegación de justicia. Muchos casos en materia  civil se prolongan una eternidad y crean acumulación  innecesaria de expedientes en los tribunales de ese ámbito.

Un estudio hecho por el propio  Poder Judicial determinó que es necesario aprobar la modificación del Código Civil para llenar las densas lagunas que tiene. El principal déficit está en las directrices sobre los plazos procesales. Las debilidades en este aspecto son subsanadas mediante determinaciones de los propios jueces, que fijan a discreción los plazos para actos  procesales, con lo que se pretende agilizar la administración de justicia.

Hay que trabajar para eliminar todo lo que dé lugar a dilaciones indebidas de los procesos en materia civil, y para lograr resultados hay que empezar por modificar el código que regula los procedimientos en la materia y corregir las debilidades estructurales que provocan dilaciones indebidas en perjuicio de la agilidad de los procesos.

LA ESCUELA SACA MALA NOTA

Las pruebas nacionales pretenden medir el rendimiento del estudiante, pero por reciprocidad también permiten medir la calidad y efectividad de la enseñanza que estos reciben. En la primera convocatoria, solo aprobaron el 59.19 por ciento de los  100,252 estudiantes del bachillerato de la modalidad general que se examinaron, según datos del Ministerio de Educación. Para valorar estos datos es preciso cuestionar qué determinó tan bajo  aprovechamiento.

Como los niveles más bajos de aprovechamiento se detectaron en Matemáticas, Ciencias y Lengua Española, necesariamente hay que analizar los grados de calidad del proceso de enseñanza de estas materias. Si bien la meta de las pruebas nacionales es evaluar el rendimiento del estudiante, necesariamente deben servir para medir la calidad de la labor docente. Las bajas calificaciones no se deben únicamente a fallas del estudiante.

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