Atribuye a errores del representante
comercial oposición al DR-CAFTA

Atribuye a errores del representante <BR>comercial oposición al DR-CAFTA

POR MARIO MENDEZ
El ex-embajador dominicano en Washington, licenciado Hugo Guiliani Cury, atribuyó a errores cometidos por la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) la fuerte oposición que tiene en el Congreso de Estados Unidos la aprobación del DR-CAFTA.

A continuación el texto de una entrevista concedida a la sección económica de Hoy por Guiliani Cury:

¿A QUÉ SE DEBE QUE EL DR-CAFTA TENGA HOY UNA FUERTE OPOSICION EN EL CONGRESO NORTEAMERICANO?

Hace unos días Bienvenido Alvarez Vega, escribió un magnifico articulo titulado «Los apremios que nos pone el TLC» el cual debe ser ponderado tanto por el gobierno como por los empresarios. Estoy de acuerdo con lo expresado por Álvarez Vega y esta entrevista me permitirá tratar otros aspectos, así como la situación del Dr-Cafta en el Congreso Norteamericano.

Debemos comenzar recordando que hace unas semanas el influyente miembro del Senado Norteamericano Max Baucus declaró que la administración del Presidente G.W. Bush deberá buscar una vía para solucionar el tema laboral y del azúcar, porque de lo contrario no creía que el DR-CAFTA seria aprobado en dicho congreso. Es quizás debido a esa situación que el mandatario norteamericano decidiera invitar a Washington a los seis presidentes de los países integrantes del DR-Cafta para que estos le ayuden en la tarea de lobismo a realizar en el Congreso Norteamericano

Es conveniente dar a conocer que estos problemas pudieron haberse evitado, si durante el proceso de negociación de dicho tratado, la oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR) no hubiese sido tan testaruda en algunas de sus posiciones y también de que en aquel entonces los negociadores del DR-Cafta comprendiesen que esto podría pasar. Esos temas los traté con el USTR cuando estaba en Washington como Embajador para evitar que eso ocurriese. En lo referente al caso del azúcar, recuerdo haber asistido a una reunión con las principales autoridades del USTR y la cual se celebró antes de los centroamericanos haber terminado sus negociaciones y cuando comenzaban las nuestras. En ese entonces, le señalé a las más altas autoridades del USTR, que la posición de los productores dominicanos de azúcar era que estos preferían que se excluyera ese producto del acuerdo. Empero que si por el contrario Estados Unidos decidía conceder a Centroamérica cuotas adicionales de azúcar, también tendrían que hacerlo con nuestro país. Igualmente agregué que las nuevas cantidades de azúcar a establecer tendrían que ser en proporción a las cuotas que en aquel momento tenían Centroamérica y Rep. Dominicana. Ellos me escucharon, pero no me dieron una respuesta. Lo que ocurrió y decidieron los negociadores después durante la fase final de esas negociaciones es conocido por los dominicanos.

En el caso laboral, el suscrito realizó numerosas reuniones con el congresista demócrata Charles Rangel y sus asesores para tratar el tema laboral. Estos planteaban un texto laboral con algunas diferencias al del USTR. La modificación sugerida por Rangel no presentaba dificultades para RD debido a lo avanzado de nuestra legislación laboral y a la correcta aplicación que hacemos de ella. El problema lo tendrían los países centroamericanos cuyas leyes laborales eran antiguas y su aplicación no era correcta. Numerosas diligencias se hicieron en Washington para que los negociadores del USTR, de Centroamérica y Rep. Dominicana aceptasen las sugerencias de los demócratas. Sin embargo nada se logró con los negociadores centroamericanos y dominicanos, quienes acogieron el texto que les presentó el USTR norteamericano.

– ¿USTED QUE LOS INCONVENIENTES QUE HOY TIENE EL DR-CAFTA PUDIERON HABERSE EVITADO?

Esos inconvenientes no hubiesen ocurrido si el USTR hubiera sido un organismo más abierto a las sugerencias hechas por los tres sectores que hoy dentro de su propio congreso adversan el tratado. Esto era buscar un pleito innecesario ya que la posición de los productores azucareros dominicanos coincidía con la enarbolada por la industria azucarera americana y era la misma que el USTR había acordado en el TLC con Australia. Incorporar el azúcar en el DR/Cafta fue un error del USTR ya que Estados Unidos tendría que hacer lo mismo en tratados que eventualmente negociaría en Asia e igualmente con Brasil en el ALCA. En el caso del tema laboral lo que deseaban los sindicatos y los congresistas demócratas norteamericanos era que el texto fuera más preciso en cuanto a que hubiese una adecuada ejecución de las leyes laborales que existen en nuestros países. Esto en nada afectaba a los Estados Unidos y a la vez era conveniente para nuestros trabajadores. En cuanto a las reglas de origen para cierto tipo de tela, también se conocía que eso generaría una fuerte oposición de un sector del área textil en Estados unidos. En los tres casos las posiciones adoptadas por el USTR debilitaron el apoyo que podría obtener el DR-Cafta en el Congreso Norteamericano y a la vez en dos de ellas perjudicaban a nuestro país.

– ¿SERÍA POSIBLE QUE LOS PRINCIPALES ACTORES DENTRO DE LA ADMINISTRACION DEL PRESIDENTE BUSH Y EN EL CONGRESO PODRIAN PONERSE DE ACUERDO Y CUAL SERIA LA VIA PARA LOGRARLO?

En estos momentos en una esquina del cuadrilátero está el Presidente Bush, apoyando un tema que es de importancia en su agenda geopolítica y es posible que decida poner todo su peso para que el DR-Cafta sea aprobado. Sin embargo, algunos de sus estrategas consideran que la administración tiene que impulsar en el Congreso otros proyectos de mayor importancia que el DR-Cafta y que por tanto el Presidente Bush en estos momentos no debe gastar su capital político dentro del Congreso con ese tratado.

En la otra esquina esta Charles Rangel, congresista demócrata y miembro importante del Comité Congresional de Medios y Arbitrios. Rangel es un hombre que quiere a República Dominicana y quien también le gustaría que el país tenga un Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos. Sin embargo, Rangel desea que en ese tratado se incorporen cláusulas de carácter laboral que hagan posible el cumplimiento de las leyes laborales en estos países. Como se puede observar Bush y Rangel tienen los mismos objetivos en cuanto a la necesidad del DR-Cafta, pero difieren en aspectos que a mi entender pudieran ser negociados. Cabe recordar que a República Dominicana la habían dejado fuera del Cafta y fue el Presidente Bush quien dio la orden para que se le incluyera en dicho tratado. Mientras que Rangel fue quien ayudó a que eso se cumpliera frente a la reticencia y dilaciones del USTR en incorporar a República Dominicana al CAFTA.

Ahora y debido a la testarudez del USTR, la administración del Presidente Bush, se ha visto en la necesidad de buscar ayuda de los presidentes de los países integrantes del DR-Cafta, los cuales tendrán que hacer lobby en el Congreso Norteamericano. No creo que el lobby de los Presidentes logre cambiar la actitud de los congresistas que se oponen al tratado. Pero si creo que existen vías de solución para facilitar la aprobación del DR-Cafta en el Congreso Norteamericano. La solución es que el USTR abandone su pasada posición de inflexibilidad y actúe en forma reflexiva haciendo las modificaciones que sugieren los congresistas referentes a los textiles, al azúcar y lo laboral. Esos cambios en el texto del tratado serían negociados por el USTR con los países miembros del DR-Cafta y de ser aceptados se enviaría al Congreso Norteamericano. Esto en esencia significa excluir el azúcar, modificar las reglas de origen de algunas telas y cambiar el texto laboral. Me parece por tanto, que para la administración del Presidente Bush la mejor opción es negociar con los congresistas demócratas que hoy se oponen al DR-Cafta por los motivos anteriormente señalados pero que son positivos a estos acuerdos de libre mercado.

Dado que Estados Unidos es el que va a proponer estas modificaciones, esto presenta una oportunidad para República Dominicana renegociar algunos asuntos que son del interés del país. Esto podría hacerse haciendo un «trade off», cuyo objetivo seria excluir u obtener una mayor protección para algunos de nuestros artículos del sector agrícola. Esto se haría indicándole al USTR que le aceptaríamos las modificaciones que ellos proponen si a cambio de eso nos acepta lo que deseamos obtener. Creo que estamos en el momento adecuado para usar esta coyuntura como un arma de negociación.

El hacer un «trade off» fue algo que recomendamos hacer en el caso de ciertos productos agrícolas cuando los negociadores dominicanos estaban en ese proceso, pero que desafortunadamente no hicieron. En aquel momento había posibilidades de excluir o conseguir más protección para nuestros productos agrícolas, ya que existía el antecedente de que Costa Rica había logrado excluir del TLC las papas y las cebollas a cambio de dejar que los norteamericanos pudiesen vender fructuosa de maíz en Costa Rica.

– ¿DEBE EL CONGRESO DOMINICANO CONOCER Y APROBAR EL DR-CAFTA PRIMERO QUE EL CONGRESO NORTEAMERICANO?

Esa secuencia no es la más prudente, ya que el actual texto podría ser sujeto a ciertas modificaciones en Estados Unidos. Hay que señalar que los congresos de los países que ya aprobaron el tratado tendrán que conocer y aprobar nuevamente las posibles modificaciones que proponga el USTR.

En consecuencia hay que esperar y ver lo que ocurre en el Congreso Norteamericano. También debemos tomar en cuenta que el procedimiento que hasta ahora ha realizado Estados Unidos en los diferentes acuerdos que tiene, es que esos tratados han sido primero aprobados por el Congreso Norteamericano y luego por los congresos de los otros países. Ese ha sido el caso del Canadá, México, Chile y Australia. En el caso del DR-Cafta, se ha querido hacer al revés, indicando que si los congresos de Centroamérica y el nuestro aprueban primero dicho tratado, eso influenciaría positivamente al Congreso Norteamericano. Eso no es cierto y la prueba es que varios países centroamericanos ya lo aprobaron y eso en nada ha influenciado al Congreso Norteamericano. Lo correcto y lo conveniente es que el Congreso Norteamericano apruebe primero, y posteriormente el dominicano. También en esa forma al Gobierno Dominicano se le haría más fácil lograr la aprobación de ese tratado en nuestro Congreso.

En función a lo que he señalado creo que dadas las circunstancias actuales del DR- Cafta, si actuamos con prudencia y si somos buenos negociadores, podríamos aprovechar la situación que se puede crear para tratar de obtener ciertas ventajas para nuestro sector obrero, como para los azucareros y los productores agrícolas.

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