Audrey y Pipín Un romance con sabor a mar

Audrey y Pipín Un romance con sabor a mar

POR CLAUDIA MATEO
República Dominicana podría volver a ser noticia en el mundo del cine hollywoodense con la próxima recreación de la historia de Audrey Mestre, la apneista francesa que murió el 12 de octubre del año 2002  en las costas de La Romana, específicamente en Bayahíbe, tras querer lograr batir su propio récord en el buceo de apnea “no limits”, un deporte extremo que desafía la vida.

Para los amantes del celuloide, Cameron recreará una historia romántica, sacada de las entrañas de la vida real, que podría inscribirse entre las más enternecedoras historias de amor y obsesión llevadas a la pantalla grande. Los protagonistas reales de esta historia son Audrey Mestre (fallecida) y su esposo Francisco “Pipín” Ferreras quienes se conocieron a orillas del Pacífico mexicano e inmediatamente quedaron prendados el uno con el otro, salpicando su romance con salitre hasta concluir en una unión tan fuerte que sólo logra destruir la muerte.

Pero los detalles de la pasión que ambos compartieron, no sólo carnal sino por las misteriosas y peligrosas profundidades del mar, son narrados en detalle por el propio Ferreras en un libro donde describe desde cómo se conocieron hasta los detalles posteriores de su acercamiento que terminó en el toque de campanas en el año 1999 cuando contraen nupcias.

Siendo así, con su talento visionario, el cineasta intentará reflejar en el guión de la película la vida de un chico que ama el mar, de una mujer que se enamora del chico y de su gran pasión y de ese mar que se lleva a la mujer que ama.

Iniciativa

El interés de Cameron por realizar el filme, un gran aficionado al submarinismo y a la apnea, surge luego de leer un artículo que publicara la revista Sports Illustrated bajo la firma de Gary Smith, titulado “The Deadly Dive”.

A partir de esa fecha, Cameron no ha ocultado su deseo de dirigir y coproducir el proyecto, razón por la cual la compañía Lightstorm Entertainment compró todos los derechos a la referida publicación para así poder llevar al celuloide la historia de dos de los apneistas más famosos de los últimos tiempos, el matrimonio que formaran Pipín Ferreras y la fallecida Audrey Mestre.

Asimismo, como apoyo visual a lo ya existente, Cameron tiene las imágenes recogidas del primer aniversario de la muerte de Audrey (12 de octubre de 2003), en el que Pipín tenía como meta batir, al igual que ella lo hizo, el récord de la especialidad “No limits” al llegar a los 170 metros.

Según expresa Ferreras en su libro autobiográfico, eso era algo que tenía pendiente, quería sumergirse a la misma profundidad que ella y saber qué pasó, por qué no pudo regresar su mujer con vida a la superficie.

Aunque existen bastantes elementos para recrear la vida de dos de los apneistas más famosos de todos los tiempos, el director, quien todavía no tiene claro qué actor encarnará a este hombre que considera tiene todos los puntajes de un héroe moderno (orgulloso, valiente y seductor), también se apoyará para la realización del guión en el libro que Ferreras escribiera para la editorial Regan Books que lleva por nombre El buceo: una historia de amor y obsesión, donde hace un análisis sobre su vinculación con este deporte extremo y su esposa.

Sobre Audrey

Nació en 1974 en la localidad de Saint Denis, un barrio periférico de París. Desde pequeña sólo pensaba en adentrarse en las profundidades marinas y dejar que su cuerpo fuera guiado por las cálidas aguas.

Cuenta su abuelo que cuando la fue a ver recién nacida al hospital, exclamó: “Mirad los pies, son tan grandes como unas aletas”, expresión muy acorde con su condición de buceador que lo hizo vislumbrar lo que ella llegaría a ser en el futuro.

En el año 1990 se trasladó junto a su familia a la ciudad de México, donde siguió lo que había iniciado en el Mediterráneo junto a sus estudios de biología marina que la hicieron ir tras la búsqueda científica de la reacción de la sangre a grandes profundidades y de esa forma acercarse a su otra gran pasión, su esposo Pipín.

Conoció a Ferreras tras una investigación que realizara en 1996 sobre la adaptación del cuerpo humano a condiciones extremas, ya que había leído bastante sobre el tema, para tres años más tarde estar casada con éste y haber tenido la oportunidad de vincularse tan estrechamente con la práctica del buceo en apnea (un tipo de buceo donde no se usan botellas de oxígeno) en la modalidad “no limits”, donde el deportista trata de alcanzar la máxima profundidad bajo el agua con la ayuda de un equipo sin límite de peso y una vez llegado a la distancia prevista sube a la superficie con la ayuda de un globo de aire.

Con el paso del tiempo su técnica se fue perfeccionando, convirtiéndose en una de las grandes deportistas en este campo apoyada en su esposo, quien se convirtió en su mentor.

Su vida se vio truncada un 12 de octubre del año 2002, en las aguas del Mar Caribe, en la República Dominicana, donde trataría de romper su propio récord, pero un imprevisto hizo que los cuidadosos cálculos de su equipo fallaran y ni su cerebro ni sus pulmones aguantaron la presión a 171 metros, apagando la vida de la deportista a los 28 años.

De Pipín

Desde niño sintió devoción por el mar en su natal Matanzas, una provincia cubana, donde se ganaba la vida de la pesca y siendo guía para los visitantes del lugar. En 1980 contrató sus servicios un periodista italiano apasionado por el buceo quien quedó sorprendido por su habilidad y grabó la genialidad del buceador amateur. El italiano lo invitó a su país, pero las autoridades cubanas le denegaron el visado.

No fue hasta 1987 cuando se reconcilió con el gobierno de su país y comenzó a salir al extranjero a competir, para luego pedir exiliarse en Miami. A partir de la fecha su nombre empezó a  grabarse en las páginas deportivas con los éxitos obtenidos.

Posteriormente se dedicó a entrenar a jóvenes promesas de la especialidad marina, entre ellas a su esposa Audrey Mestre, con quien estuvo de cerca el día de su muerte.

Muchos que lo han conocido, tildan a Pipín de imprudente, y expresan que éste no duda en momento alguno en arriesgar no solamente su vida sino la de su equipo de trabajo por sonar y ser noticia.

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