UBI RIVAS
Pekín, sede de la Ciudad Prohibida de la Era Mao y de la Plaza Tian An Men donde el Ejército Rojo se cubrió de infamias en 1989 masacrando a los estudiantes que propiciaban un glasnot en la línea férrea del politburó liderados por el inolvidable Deng Xiao-ping, presenta hoy un auge arrollador en los fastos de las altas finanzas y el desarrollo integral.

China Continental, con sus nueve millones de kilómetros cuadrados, tan grande como Brasil o Canadá, más grande que Estados Unidos, con sus 1,300 millones de individuos, la tercera parte de la demografía mundial de unos seis mil millones de individuos, desarrolla proyectos tan gigantescos como su territorio y su población.

La represa Las Tres Gargantas, el mayor de todos sus megaproyectos desarrollistas, US$30 mil millones de inversión, capaz de producir energía idéntica a 18 plantas nucleares, irrigar enormes áreas de tierras potencializando a niveles superlativos la producción agropecuaria y suministrando agua a millares de acueductos y, concomitantemente, a millones de personas, demanda el 55% de las importaciones mundiales de cemento, 40% de acero, 40% de carbón, 60% de hierro, 25% de aluminio, conforme experticio publicado por HOY del once del presente mes de la autoría de Iván Ernesto Gatón.

Con la sabia tesis de Deng, «una China, dos sistemas», Pekín logró el reintegro a su patrimonio territorial las colonias inglesas de Hong Kong y la portuguesa de Macao, dos enclaves y polos de desarrollo económico y turístico de proporciones financieras invaluables, y la tercera gema a restituir al patrimonio geográfico de Pekín lo es Taiwán, la llamada República Nacionalista de China en Taiwán, fundada en 1949 por un derrotado generalísimo Chiang Kai shek en la paradisíaca isla que los portugueses que la avistaron en 1606 denominaron Formosa, en castellano, Hermosa.

China posee una cantidad no precisa de centrales nucleares y elabora uranio enriquecido que con plutonio enriquecido, agua pesada y otros elementos, confecciona decenas de bombas atómicas, sin que la Comisión Internacional de Energía Atómica sea azuzada por Washington como consigue con Pyongyang y el reactor de Yongbiong que apenas ha producido tres bombas A, cuando USA dispone de más de dos mil.

Pekín tiene una oficina en Santo Domingo desde 1994 y su director, con rango de embajador, sin que se formalicen las relaciones diplomáticas, Cai Wei quan, desenvuelve una ofensiva empresarial de altos vuelos, inclusive ofertando adquirir Falconbridge por US$5 mil millones, es decir, todo el hierro para Las Tres Gargantas, elemental, querido Watson.

Pekín se traga la mayor parte de las exportaciones diarias de Rusia que montan 9.35 millones bdp, superior a Arabia Saudita que exporta 9.19 millones bpd y sobre Noruega que produce 3.02 millones bpd. (Mapa publicado por HOY del 29-09-04). Para todo dispone de reservas por US$350 mil millones.

En conmemoración del 85 aniversario de la fundación de la República de China el 10-10-1911 por el doctor Sun Yat-sen, el presidente de la República de China en Taiwán, Chen Shui-bian propició la búsqueda de una solución que normalice las relaciones de manera definitiva entre los hermanos continentales y los isleños, a quienes los primeros tildan de «provincia rebelde de ultramar».

Aunque Pekín, señaló el presidente Chen apunta con 600 misiles a Taiwán es recurso de normal proceder, que sólo se quedará en el aguaje, en la fanfarria que es tan consusbstancial en el ámbito cerrado de los escenarios de politburós. Fuego de artificio, en los cuales los chinos son pioneros.

Con todos los discursos inflamados, con todo el zafarrancho que nunca se accionará, Pekín sabe que Formosa se reintegrará a su fuero posiblemente antes de las Olimpíadas de 2008, sin disparar un tiro, sin propiciar un pescozón, sin oprimir el botón de un misil, porque ya las economías de las dos están acopladas, para cumplimentar el corolario de Deng, Abrete Sésamo de la unificación y la Paz en el Estrecho de Formosa.