SANTIAGO. El arzobispo metropolitano de esta ciudad, monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio, mostró preocupación por el auge de la delincuencia y la tanta sangre derramada en las provincias de Santiago y Espaillat.
Pidió que en el país exista un ambiente de paz y tranquilidad en los ciudadanos, y lamentó las muertes que han ocurrido en actos violentos, de las que dijo no deben quedar impunes.
La mucha sangre derramada violentamente está clamando a Dios desde el suelo. No deben ser inútiles, deben ser reparadas, los autores deben pagar el precio de la justicia por ellas, Sostuvo.
Insistió en que se ha derramado mucha sangre en hechos violentos, en horribles hechos que está levantando un muro de insatisfacciones.
Las guerras, las violencias, los asesinatos derraman sangre de hermanos, porque todos somos miembros de una misma humanidad, son vidas arrancadas antes de tiempo.
En la homilía en la misa de Corpus Christi en el estadio Cibao, De la Rosa y Carpio recordó que de ahí el quinto mandamiento divino no matarás.
Sostuvo además que toda sangre derramada, toda vida arrancada violentamente tiene que ser reparada más tarde o más temprano.
Además hizo un llamado para que cese la violencia social e intrafamiliar que en sus diversas manifestaciones ha consternado a la población.