Auge económico de Washington DC cambia composición étnica de la ciudad

Auge económico de Washington DC cambia composición étnica de la ciudad

WASHINGTON (AFP) – Conocida décadas atrás como la «capital mundial del crimen», Washington DC vive hoy un auge económico que hace regresar a los blancos de las afueras, cambiando en forma dramática la composición étnica de la primera ciudad estadounidense en tener una mayoría de población negra.

«Washington solía ser la ciudad ‘chocolate’, pero ahora es ‘vainilla veteada’, con más vainilla que chocolate», dijo Michael, un afro-estadounidense que se crió en la céntrica H Street, uno de los muchos barrios testigo de cambios impredecibles en las décadas de 1980 y 1990.

El número de afro-estadounidenses en Washington cayó a menos del 50% el año pasado, probando que Michael, un encargado de mantenimiento de 54 años que prefirió no dar su apellido, está en lo cierto.

«Después de las cinco de la tarde aquí todos son blancos», agregó, señalando los muchos bares y restaurantes donde una mayoría de blancos con educación universitaria se reúnen después del trabajo.

«No hay negros aquí por las noches», añadió, y dijo que hay una fuerte presencia policial para garantizar la seguridad.

Más de una década de iniciativas de gentrificación, esto es, de medidas para que los barrios céntricos pauperizados volvieran a ser atractivos para gente de alto poder adquisitivo, contribuyeron al renacer de Washington y hoy los precios de las viviendas vuelven a estar en alza.

Las casas cerca de la céntrica H Street, uno de los primeros distritos comerciales de la capital, que valían apenas 100.000 dólares hace cinco años, ahora se venden a 500.000.

Y aunque la zona sigue teniendo cafeterías de comida rápida y salones de belleza frecuentados por negros, éstos están empezando a adaptarse, en propuesta y precio, a los gustos y las carteras de los nuevos clientes: funcionarios de gobierno y empleados de bufetes de abogados y de grandes firmas comerciales.

Un elegante restaurante en H Street, que ofrece desde cocina francesa a mexicana y libanesa, tiene en su menú una entrada de hinojo cocido al vacío con ensalada de alcachofas, seguido de ravioles de garbanzos al curry en salsa de coco y coliflor.

   

El regreso de los blancos a la capital
H Street, una larga avenida que se dirige hacia el corazón de la ciudad, es el nuevo Georgetown, el próspero barrio de tiendas de renombre mundial y hogar de muchas de las personas más ricas de Washington.

La comparación puede parecer prematura, pero áreas tradicionalmente afro-estadounidenses de Washington, como Columbia Heights, Adams Morgan y U Street, ya recibieron en las últimas décadas la creciente irrupción de blancos e hispanos.

Ricardo Vergara, un colombiano que llegó a Estados Unidos en 1984, abrió un restaurante de comida mexicana en H Street hace tres años, convencido de que la tendencia se acelerará.

«La mayoría de los clientes son blancos», dijo, agregando que algunos residentes de hace años seguramente se sienten un poco amenazados.

La zona, ignorada por décadas por restaurantes y tiendas, sin duda está de moda: Vergara dijo que en unos seis meses se abrirán otros cuatro restaurantes mexicanos.

Para otros, sin embargo, la nueva realidad del barrio no es tan provechosa comercialmente. Lisa North, que hace 13 años gestiona el salón de belleza Platinum, aplaudió los cambios, pero estimó que sus impuestos y tasas subieron cerca de 50% en el último año y que la instalación de rieles de tranvías dejó menos espacio de estacionamiento.

«Eso significa menos movimiento comercial», dijo North, de 45 años. «No quiero que los nuevos bares terminen echando a nuestros negocios».

Tom Sugrue, un profesor cuyo primer libro, «The Origins of the Urban Crisis» (Los orígenes de la crisis urbana), examinó el papel que la raza y la vivienda jugaron en la caída de Detroit, dijo que el auge de Washington tiene un costo.

«Si hace 20 años alguien hubiera dicho que la población blanca de la ciudad aumentaría se le hubieran reído en la cara», dijo Sugrue, que enseña historia y sociología en la Universidad de Pensilvania.

«Washington se ha vuelto un imán para la gente con dinero, en particular los blancos y los jóvenes profesionales», dijo, señalando que el boom inmobiliario benefició a los propietarios pero marginó a los ciudadanos pobres, en su mayoría negros, que alquilan.

«Realmente corrió las fronteras de la gentrificación a lugares que hasta hace 10 años habían sido considerados áreas prohibidas. Lo que esto va a hacer es echar de Washington a las personas que buscan viviendas más asequibles».

Las cifras oficiales muestran que la huida de los blancos que siguió a los disturbios en Washington, desencadenados por el asesinato del líder de los derechos civiles Martin Luther King en 1968, se está revirtiendo, con los blancos regresando y comprando viviendas.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas