LA HABANA (AFP).- El presidente de Cuba Fidel Castro se siente «muy bien» y tras casi ocho meses de convalecencia de una enfermedad que lo mantiene alejado del poder incrementa su actividad y parece preparar una pronta salida a la escena pública.

Castro conversó el lunes por teléfono, durante unos 15 minutos, con el presidente venezolano Hugo Chávez, cuando éste se hallaba reunido con su colega haitiano René Preval en Puerto Príncipe, según la transcripción publicada este miércoles por el diario Granma.

«Yo (estoy) muy bien. He seguido de cerca todo», dijo el líder cubano, al indicar a Chávez que no se ha perdido detalle de su visita a Argentina, Bolivia, Nicaragua, Jamaica y Haití, una «contragira» frente al periplo del presidente George W. Bush por Brasil, Uruguay, Colombia, Guatemala y México. Castro, de 80 años, reveló también que recibió el lunes a su amigo colombiano, el Nobel de Literatura 1982 Gabriel García Márquez, a quien no había podido ver durante su prolongada convalecencia, pese a que el escritor estuvo en Cuba casi un mes a fines de 2006.

Pese a que sus cercanos colaboradores le aconsejan prudencia, el presidente cubano participa cada vez más de los asuntos de gobierno, desde el lugar secreto donde se recupera, con la perspectiva de una reaparición pública y la vuelta al trabajo, aunque no sea con el ritmo de antes.

Chávez dejó entrever que Castro estaría «listo» pronto para un retorno a la actividad, una percepción que crece en el exterior. El presidente mexicano Felipe Calderón dijo el martes que busca reunirse con el líder cubano para normalizar la relación bilateral.

   En la llamada, Chávez mencionó la posibilidad de un encuentro con el presidente boliviano Evo Morales en abril, cuando se cumpla un año -el día 29- de la adhesión de Bolivia al proyecto de integración Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA).

   «Yo le dije ahora mismo a René (Preval) que es importante que se incorpore al ALBA inmediatamente, y hacemos el acto cuando tú estés listo, Fidel. Evo mandó a decir eso: que él quiere que hagamos el acto ahora en abril para incorporar a algunos caribeños», aseveró Chávez.

   Un encuentro el 29 de abril sería, según observadores, un momento propicio para la reaparición de Castro, pues estaría junto a sus aliados latinoamericanos, Chávez, Morales y el presidente nicaragüense Daniel Ortega, cuyo país se sumó al ALBA. Los cuatro se reunieron ese día del año pasado en La Habana.

   Las autoridades cubanas, no obstante, no se apresuran a hablar de fechas. «Hay una aceleración en la recuperación. Todos estamos esperando que esto se complete en un corto período para verlo de cerca», dijo el vicepresidente José Ramón Fernández.

   «Está claro que después de una enfermedad prolongada hay que tomar medidas de descanso y racionalizar la bestial dedicación que él hacía al trabajo», añadió.

   El presidente del Parlamento, Ricardo Alarcón, dejó ver que Castro podría regresar al trabajo, pero sin la intensidad y la agenda que abarcaba antes de caer en la crisis provocada por una enfermedad mantenida en secreto, y que podría ser diverticulitis.

   Tras pasar etapas críticas en su recuperación entre noviembre y diciembre, Castro ha recuperado peso y movilidad -según informes oficiales- luego de haber perdido unos 20 kilos en los primeros 40 días de una operación a la que fue sometido el 27 de julio pasado.

   Cuatro días después de la cirugía, el líder cubano entregó el mando a su hermano Raúl, ministro de Defensa de 75 años, de forma temporal y por primera vez en 48 años en el poder.

   En estos ocho meses, ha aparecido en seis videos, el último el 30 de enero pasado, cuando se le vió, junto a Chávez, de mejor semblante, pero con dificultad al hablar.

   Pero hace dos semanas, ambos hablaron por teléfono media hora -conversación difundida en directo en un programa de radio y televisión de Chávez-, y se oyó a Castro más fluido, coherente y claro.

   En la conversación del lunes, el presidente venezolano dijo escucharle una «voz de trueno».