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CARACAS (AFP).- Las tensiones en Caracas en torno a la sede del Consejo Electoral de Venezuela (CNE) recrudecieron este viernes, mientras la directiva de ese organismo anunció que el fallo sobre la viabilidad de un referendo contra Hugo Chávez se producirá el 29 de febrero.
De esta manera, el CNE frenó los deseos de la oposición, que exigía que este viernes se pronunciara el ente comicial sobre el referendo, y que tiene previsto realizar el sábado una marcha para pedir una pronta respuesta.
Una columna más numerosa de efectivos de la militarizada Guardia Nacional (GN) custodió este viernes la sede del CNE cerca de la cual se mantienen en carpas chavistas radicales, que tuvieron escaramuzas con líderes opositores que intentaron llegar al ente comicial.
Por su parte, un grupo de virulentos opositores se apostaron por segundo día consecutivo por varias horas en la autopista Francisco Fajardo para manifestar en respaldo del referendo.
Chávez advirtió este viernes que si el CNE convoca el referendo sobre su mandato, que culmina en 2006, apelará la decisión ante el Tribunal Supremo.
«Hemos dicho que acataremos la decisión del CNE (…) pero en el supuesto de que el CNE diga que sí hay referendo, nosotros iríamos al Tribunal Supremo (TSJ) con todas estas pruebas (del fraude)», afirmó el presidente en rueda de prensa.
Un panfleto anónimo de supuestos militares apareció este viernes en las calles de Caracas, atacando al gobierno y a militares leales a Chávez.
«Los más repudiados por los militares institucionales de la FAN» (Fuerza Armada Nacional), señala el planfleto, mostrando fotos de altos jefes militares.
«Sigamos la ruta democrática el (viernes) 13 es el tope. Estamos con ustedes, defendamos nuestras firmas. Revoquemos al régimen», agrega.
El diputado opositor Andrés Velasquez acusó al gobierno de lanzar el panfleto, mientras que el vicepresidente José Vicente Rangel lo atribuyó a «opositores golpistas».
El Bloque Democrático de opositores radicales, que constantemente llama a las FAN a rebelarse, publicó también un remitido que advierte: «referéndum revocatorio presidencial o dictadura».
«Exhortamos al pueblo de Venezuela a declararse en desobediencia ciudadana, generalizada y en legítima defensa, si no se convoca la realización del Referendo revocatorio presidencial para antes del 15 de marzo del 2004», dijo el Bloque.
La oposición, que defiende los 3,4 millones de firmas que consignó para respaldar su pedido de referendo contra Chávez, quiere llegar marchando el sábado a la sede del CNE, aunque el viceministro de Seguridad Ciudadana, Carlos Bettiol, exhortó a no hacerlo, pero aseguró que si deciden lo contrario «no vamos a reprimir, los vamos a contener».
Bettiol aseguró que sólo se dio permiso a la oposición a que llegue hasta el Jardín Botánico, un kilómetro al oeste, en la autopista Francisco Fajardo, que atraviesa Caracas de este a oeste.
El grupo irregular de izquierda Néstor Cerpa Cartolini advirtió en una página en Internet que los opositores «serán combatidos en la calle con nuestras armas y las del pueblo si tratan de llegar al CNE a violentar la decisión del órgano rector».
Ante este panorama, la OEA y el Centro Carter, que han tratado de que gobierno y oposición negocien pacíficamente sus desacuerdos, llamaron este viernes a la calma y pidieron no presionar físicamente con manifestaciones al CNE.
El representante de la OEA, Fernando Jaramillo, pidió a las partes que tengan «calma» y que «sean excesivamente prudentes porque este proceso y todo el esfuerzo que llevamos se puede ir al traste».
En Brasilia, el presidente Luiz Inacio Lula da Silva, advirtió que una «radicalización» de la situación en Venezuela puede desembocar en una «guerra».
«Vamos a ayudar a Chávez. Es preciso evitar la radicalización y preservar la credibilidad de la Junta Electoral (Consejo Nacional Electoral); si no, tenemos una guerra», dijo Lula a periodistas.
«Lo importante es que el plebiscito, independientemente de quién lo gane o lo pierda, cree condiciones para que Venezuela empiece de nuevo», añadió el jefe de Estado brasileño.
