Aumenta uso de niños en comercio sexual

Aumenta uso de niños en comercio sexual

POR FERNANDO QUIROZ
La demanda creciente de muchachas menores para utilizarlas en «centros de masajes», así como niños de uno y otro sexo que son puestos a bailar en espectáculos pornográficos y explotados sexualmente en burdeles es motivo de preocupación para la representación en el país de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Dabeida Agramonte, oficial de programas sobre trabajo infantil doméstico y explotación sexual comercial de niños y adolescentes, advirtió que prácticamente toda la población conoce donde están instalados esos negocios, pero lamentó la indiferencia y la tolerancia de las autoridades.

Criticó que en los casos que actúan las autoridades sólo anuncian el número de niños rescatados, pero no identifican los rostros de los responsables de esos crímenes, ni informan de los expedientes, arrestos, ni sanciones, lo que permite la continuidad del negocio.

Agramonte participó en el conversatorio La Esquina Joven de HOY, acompañando a la directora ejecutiva de la OIT en el país, la francesa Laetitia Dumas; Carlos Féliz, oficial de programas sobre trabajo infantil agrícola y Miguel Santos, coordinador nacional.

En la explotación sexual comercial de menores, contrario a lo que se piensa en el país, la mayoría de los perpetradores de esas acciones son dominicanos, nueve de diez, y el otro es extranjero, revelan investigaciones.

Uno de los grandes mitos que existen en el país, señaló Agramonte, es que la explotación sexual comercial es sólo un problema de zonas turística, pues es un problema de magnitud nacional, que se está dando en cualquier lugar.

«Todo el mundo sabe donde bailan los niños, donde los utilizan, y quiénes son los explotadores, pero por la tolerancia nadie lo habla ni asume la responsabilidad de tomar una acción frente este problema», expresó Agramonte.

Definió la explotación sexual comercial como la utilización de personas menores de 18 años en actividades sexuales con la promesa de hacer un pago en especie o dinero. Esas actividades incluyen, la pornografía infantil, espectáculos pornográficos públicos y privados, así como la modalidad de la trata.

Insistió en que hay factores que sostienen esta problemática, y es los sectores que demandan cada vez más a menores para utilizarlos como negocio en labores sexuales.

Al respecto dijo que por la INTERNET se vende la República Dominicana como paraíso sexual. 

Hay que estar consciente de que ese un negocio, un crimen organizado, y que cuando se ataca ese problema se ataca el negocio, dijo.

Agramonte planteó que debe ser bien fuerte la voluntad de combatir esa situación, con una responsabilidad de todos los ámbitos.

«Se necesita una sociedad vigilante, que esté pendiente y que de manera responsable está generando la denuncia; pero también, de unas autoridades que estén desde un punto de vista ético y responsable enfrentando esa problemática», señaló. 

En tanto, Miguel Santos, coordinador nacional de la OIT, criticó que en las comunidades donde se presentan los casos de explotación sexual comercial la mayoría de los residentes conocen la realidad, pero son indiferentes y toleran la situación.

«Qué tipo de sociedad nos estamos nosotros permitiendo vivir, donde sabemos que ocurre un crimen, un hecho que no queremos para un hijo nuestro, y tranquilamente sabemos que están ahí. En el caso de Santiago todo el mundo sabía el escándalo que denunció la prensa hace días», indicó.

EXPLOTACION SEXUAL

Los representantes de la OIT citaron investigaciones del año 2002, con el objetivo de caracterizar la problemática de la explotación sexual comercial en Boca Chica, Santo Domingo y Puerto Plata.

Hablaron del perfil de los perpetradores y la situación de las familias de donde provenían los menores explotados

Además de la pobreza, la investigación arrojó que otras de las causas que permitía la explotación sexual figuran la alta tolerancia que existe a esa situación, y debilidad del sistema de justicia. Muchos de los menores provenían de familias desarticuladas.

Mencionan la gran cantidad de riesgos a que son expuestos los menores, como contraer infecciones de VIH/Sida. También, son excluidos del sistema escolar, expulsión de sus hogares, así como adicción a drogas y alcohol.

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