Aumenta descontento, inseguridad y
pillajes entre damnificados sismo

Aumenta descontento, inseguridad y<BR>pillajes entre damnificados sismo

PISCO, Perú,  (AFP) – La cólera imperaba el sábado entre decenas de miles de damnificados, que tres días después del sismo que dejó 500 muertos en Perú duermen en las calles a la espera de una ayuda humanitaria que llega con cuentagotas, mientras se multiplican los pillajes, la inseguridad y el descontento popular.

 Desesperación e impotencia son los sentimientos dominantes entre los miles de desamparados que deambulan por las calles de Pisco, ciudad a 240 km al sur de Lima y sobre el océano Pacífico, la más afectada por el violento terremoto que azotó a todo Perú el miércoles en la noche.  Aunque los organismos de socorro y el gobierno han tenido una presencia masiva -el presidente peruano Alan García se halla en esta ciudad desde el jueves-, la canalización de la ayuda ha sido un verdadero cuello de botella, y esta situación ha generado una difícil situación de orden público. Esta escenario se atizó con la irrupción del vandalismo en las zonas devastadas, lo que obligó al presidente García a anunciar que podría decretar el toque de queda si se registran actos de saqueo y pillaje.  «He dado la orden de actuar con la mayor severidad (en caso de saqueos) y de ser necesario pasaría a establecer un toque de queda, pero no lo considero necesario por ahora», dijo el presidente en declaraciones a periodistas.

 El mandatario minimizó las denuncias de saqueos señalando que se trata de «rumores» ya que nadie oficializó ante la Policía las denuncias de actos vandálicos.

 En Chincha un grupo de personas intentó tomar por asalto el hospital de esa localidad pensando que ahí se acopiaban alimentos para los damnificados, dijo a la AFP el director del centro de salud, Jorge Barrera.

«La gente se queja que no está llegando la ayuda (humanitaria) pero ese no es el problema, el problema es que no hay seguridad», aseguró el bombero Mario Paredes a la AFP. 

El bombero narró que fue asaltado a la entrada de Chincha, donde le robaron su equipo de rescate la noche del viernes.

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