Aún es tiempo

Aún es tiempo

Los ejemplos históricos son muchos y variados, pero aprovechables, la consigna que reza “el pueblo unido, jamás será vencido” es clara, rotunda, definitiva.

Para ello, por supuesto, hay que tener la disposición de deponer actitudes, ambiciones, deseos, aspiraciones a favor de la construcción de una fuerza donde converjan en un solo propósito todos los sectores políticos, económicos, educativos, estudiantiles, sindicales, profesionales, gremiales, comerciales, financieros.

Ese el esfuerzo que se ha hecho para formar la Convergencia por un Mejor País, donde participen las fuerzas políticas de firme vocación y decisión de trabajar unidas para crear un mejor país, pero para todos.

El trabajo se viene haciendo voto a voto, grupo a grupo, organización a organización, a fin de que se presente un frente unido para que el país sea liberado de la dictadura instalada en el poder por el Partido de la Liberación Dominicana, cuyo único fin, cuyo fin último es el enriquecimiento sin límite de sus miembros, especialmente de una buena parte de sus principales dirigentes.

Sólo el pueblo vence al pueblo, de ahí la importancia del llamado de Luis Abinader a que toda la oposición participe unida con un solo propósito, con una sola voz, con un solo programa, con un solo objetivo para lograr el propósito: sacar del poder la maquinaria del Parido de la Liberación Dominicana cuya administración ha sido tan nefasta que aumenta todos los años los déficits fiscales que luego cubre con empréstitos que embargan el futuro del país, mientras ellos aumentan sus caudales obtenidos al amparo del poder.

Usan los créditos extranjeros para cubrir sus déficits, mientras aumentan los gastos del gobierno al punto de que gozan de tanta impunidad y tanto bienestar financiero, que son capaces de justificar un sueldo 14 para las oficinas públicas.

Un voto, un solo voto es necesario para ganar las elecciones nacionales. En una Ley Electoral del pasado se establecía que, en caso de empate, la decisión debía ser adoptada arrojando una moneda al aire para determinar el partido que ganaría la contienda, con el resultado de un juego de azar.

En este momento, la unidad de la oposición es vital, es capital, es necesaria e imprescindible, si los sectores participantes tienen clara la meta.

La actitud de los líderes de los partidos minoritarios debe ser la de consensuar, discutir, acordar, el modo de incorporarse a un gran frente nacional de oposición, como el modo de lograr el propósito principal: sacar del poder a estos usurpadores de la democracia, farsantes, como dijera el doctor Joaquín Balaguer “demagogos con caras de redentores”.

Restar fuerza a la oposición es alinearse con la corrupción, el desgobierno, la muerte de la esperanza. Aún es tiempo.

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