En física, nos explican que toda acción trae una reacción y, según varias religiones budista y el hinduismo, el karma es una energía trascendente que se genera a partir de los actos de las personas.
También, conocido como un espíritu de justicia o equilibrio, es decir, que los arrestos del fin del pasado fin de semana son el resultado de un accionar equivocado.
La soberbia de los exfuncionarios con relación al manejo de los recursos del Estado, tenía que esperar que esas ejecuciones, en algún momento de sus vidas, les traerían resultados no esperados.
El actuar sin medir las consecuencias es muestra de inmadurez y de ignorancia, en el caso de los vinculados en actos dolosos en la soberbia, porque cada cosa que hacemos, cada palabra que decimos, cada juicio que emitimos, tendrá un efecto en nuestras vidas.
En el caso específico de los políticos dominicanos, y más para los del gobierno pasado, quienes no calcularon el factor tiempo, pues al creerse que eran imprescindibles en sus posiciones, nunca creyeron que pasarían, y que sus conductas serian evaluadas por un país y juzgadas por la justicia.
El momento es duro, pero es el resultado de sus acciones, como me referí en el primer párrafo, era de esperarse; serán muchas las situaciones que veremos en lo adelante, porque aún faltan por ser llamados.
El poder los cegó, no respetaron las leyes, y hoy son sus acciones que los colocan detrás de las rejas; son sus hechos que los conducen al banquillo de los acusados, y le corresponde a la justicia tener su rol.
Aún falta mucho por ver, porque apenas inician los procesos, la lista es larga y la paciencia es corta para un país que exige justicia.