El mayor obstáculo que superó Génesis Ogando para llegar a ser emprendedora fue dejar su hogar paterno en la comunidad El Cercado, en San Juan de la Maguana, para venir a Santo Domingo a estudiar mecatrónica en el Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA) y, posteriormente, a la Universidad Tecnológica de Santiago (Utesa) a formarse como ingeniera industrial.
“No fue sencillo dejar a mis padres, no encontrar la comida calientita en la mesa cuando regresaba de la universidad, llegar a un lugar desconocido y acostumbrarme a una vida muy diferente donde yo tenía que valerme por mi misma. Fue un gran desafío. Como mujer siempre será un reto estudiar mecatrónica, pues debes esforzarte el doble que los demás”.
Génesis Chavely Ogando Ogando, 25 años, añora sus años infantiles, que describe como muy buenos, pues ella era “la niña común que le gustaba ir al parque y comer helados”. En la escuela era un poco reservada, muy aplicada y dedicada a sus estudios. “Fui esa joven que año tras año recibía un reconocimiento por buenas calificaciones. Siempre me gustaron las matemáticas”.
Génesis siempre quiso estudiar electrónica o electromecánica, carreras no convencionales para mujeres, y aunque muchas personas opinaban y consideraban que era una carrera para hombres, ella se propuso romper ese paradigma y logró vencer los obstáculos, con entusiasmo y muchas noches de desvelo. “Alcanzar el éxito no es una opción para mí, es parte de mí día a día”.
Agradece todo el soporte, la comprensión y el sacrificio de sus progenitores. “Sin la ayuda de mis padres hubiese sido muy difícil alcanzar mis metas. Recibí todo el apoyo económico y moral de mi familia”, sostiene.
Génesis decidió estudiar mecatrónica porque quería ser diferente, romper el patrón. También le gustaría especializarse en administración de proyectos. Esta joven emprendedora, junto Leila Ninoska Báez, ganaron el premio ONU-Mujer como jóvenes destacadas en tecnología.
El proyecto. “Es un secador de cabello unido con un cepillo, el cual censa la humedad del pelo y el blower varía la temperatura de secado con relación a la humedad. La idea de automatizar un blower surge al finalizar el tecnólogo en mecatrónica en el instituto Tecnológico de las Américas (ITLA). Era un requisito de graduación entregar un proyecto final que fuera innovador.
“Leila y yo siempre trabajábamos juntas porque si hacíamos los proyectos con chicos, el género influía en nuestras calificaciones, así me involucré en hacer algo que marcara la diferencia. Recuerdo que estábamos sentadas en el lobby y todos tenían la idea de su proyecto, menos nosotras. Coincidimos en que teníamos que hacer algo de electrónica pura, ya que es nuestro fuerte, y empezamos a buscar necesidades a nuestro alrededor.
“Presentamos varias ideas que no se aprobaron, hasta que nos decidimos por crear un blower que no maltratase el cabello por altas temperaturas, sino que censara la humedad con la ayuda de un cepillo y a medida que el cabello se va secando, regula la temperatura, es decir, un blower que nos facilite el secado directo sin que el cabello se maltrate y así no tener que utilizar el secador de rolos.
“Después de seis meses de investigación, construcción, pruebas y errores, creamos el primer prototipo, el cual presentamos para poder graduarnos el 13 de agosto del 2013”.
“Asistieron profesores y encargados del área de mecatrónica, quienes aprobaron el prototipo, pasándolo al departamento de emprendimiento quienes se encargan de darle seguimiento y buscarle patrocinadores a proyectos con potencial innovador.
“Más tarde, nos inscribimos en el concurso de competencia nacional de planes de negocios encabezado por el Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología (Mescyt), en el cual resultamos finalistas. Gracias a Proindustria terminamos nuestro segundo prototipo”, explicó.
Facilitadora de robótica. Como facilitadora de robótica, Génesis inició para el Centro de Investigación Para la Acción Femenina (CIPAF), donde enseñó a niñas de diferentes escuelas públicas, con el propósito de motivarlas a que estudien carreras no tradicionales.
“Aunque enseñar no eran mis planes cuando terminé mis estudios de mecatrónica, la experiencia como facilitadora de robótica educativa es satisfactoria”, asegura.
Cuando se le pregunta si está satisfecha, Génesis contesta: “No, a gusto sí. Solo he alcanzado algunos peldaños, aún no llego a la meta final. Espero terminar la ingeniería, hacer algunas especialidades, tener mi propia empresa, tener hijos…”, explica.
Sobre oportunidades para la juventud, opina que el inconveniente está en el seguimiento, “pues luego que ya tienes el prototipo ¿cuál es el siguiente paso? Ahí es que necesitamos empresas que se involucren en este proceso de continuar”.
Cree que la mayoría de las universidades forman personas “para que ocupen empleos en los sectores público o privado” y entiende que el problema está en la metodología. “Los programas académicos son muy antiguos y aún están basados en la revolución industrial. En estos tiempos se necesitaban profesionales que sepan trabajar con máquinas, que en ese entonces eran desconocidos. Estamos viviendo en la era de la tecnología, donde los programas de clases deben estar basados en proyectos, no en cosas ya hechas”.
EL PROTAGONISTA
Génesis Chavely
Ogando Ogando
Génesis Chavely Ogando Ogando
Fecha y lugar de nacimiento. 7 de abril 1990, El Cercado, PROVINCIA DE San Juan
Estudios primarios, secundarios: Colegio Adventista Juan Pablo Duarte, San Juan de la Maguana.
Estudios universitarios. Instituto Tecnológico de las Américas (ITLA).
Universidad Tecnológica de Santiago (UTESA).
Carrera: Tecnólogo en mecatrónica.
Ingeniería Industrial (Décimo cuatrimestre).
Es facilitadora de robótica en el Centro de Investigación Para la Acción Femenina (CIPAF), donde enseña a niñas de diferentes escuelas públicas. También imparte talleres a profesores de ambos sexos.