Aún nos queda…

Aún nos queda…

Es proverbial que los fabuladores, hipócritas y mentirosos siempre fracasan cuando comienzan a creerse sus propias mentiras. La dura realidad les golpea el rostro y los consume el descrédito. Ahora, con el auxilio de los medios electrónicos de comunicación y las llamadas “redes sociales” los golpes viajan más velozmente.

La omnipresencia y omnipotencia de la reelección ha convencido a sus actuales promotores de que la repostulación y posterior candidatura del presidente Medina es “un clavo pasao”. Las “encuestas” lo confirman y algunos hablan de economizarse los gastos de un proceso electoral cuyo desenlace se conoce de antemano. Parecería que se ha perdido la objetividad al analizar los números, pues no es lo mismo valorar el nivel de aprobación a la gestión del presidente y las simpatías que generan sus actuaciones, que respaldar sus deseos de ser reelecto y no solamente él, sino también sus funcionarios y legisladores cuestionables que pertenecen a su grupo de apoyo dentro de su organización política.

El Dr. Leonel Fernández menospreció la idea de que, en el escenario político actual, era más fácil presa para la oposición que Danilo Medina y éste último parece no haber previsto que sus debilidades se acrecentarían con una reelección forzada y contra sus propias palabras. Aparentemente la vulnerabilidad frente a la oposición cambiará de ubicación geográfica, pues pasará de Villa Juana a San Juan de la Maguana, con un empujoncito adicional que le dio Danilo, repitiendo, en su discurso presidencial del 27 de Febrero, la consigna reeleccionista de Hipólito Mejía en el 2004 “Aún nos queda mucho por hacer”.

Plagiar a un perdedor es perder dos veces y, en este caso, por adelantado.

 

 

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