Hoy 21 de junio del 2008 se cumple el primer aniversario del vil asesinato de mi hijo Miguel Ángel Paulino Henríquez.
Hoy estoy seguro que no recordarán esa fecha el par de delincuentes que le dieron el balazo que le destrozó el páncreas y el hígado a la luz del día en plena avenida George Washington, para robarle a una de sus acompañantes un par de aretes, so pena de asesinarla también.
Todo esto se colige con el informe del Departamento de Estado Norteamericano acerca de la delincuencia que se vive en nuestro país.
Todavía tengo esperanza de que en su jefatura mi superior nos ofrezca la noticia de que con los servicios más avanzados de investigación pueda dar con ese par de asesinos y ponerlos a la disposición de la justicia, aunque al poco tiempo los veamos paseando por nuestras calles.
Como he añorado investigadores de homicidios como los generales Mario Peguero Hermida y Núñez Paulino, pero eran otros tiempos por donde no existía el famoso Código Procesal Penal tan eficiente actualmente.
La Patria perdió un trabajador humilde, un padre de dos hijos tan pequeños, lo único que nos fortaleció ante este asesinato fueron más de un centenar de cartas de condolencias muy sentidas y apreciadas, aunque nos faltó una que aún echamos de menos y todavía la esperamos.
General Rafael Guillermo Guzmán Fermín: Nunca es tarde para dar buenas noticias y por lo tanto esperamos que algún día usted mismo presente ante la opinión pública a ese par de asesinos para calmar en mísera parte el dolor que esa herida ha causado a toda nuestra familia.
¡Miguel Ángel! Donde quiera que te encuentres encontrarás la protección divina del Dios que te enseñamos a conocer desde niño, y en nosotros una oración cada noche y una lágrima silenciosa haciendo un camino húmedo en el rostro de tus padres, hermanos, hijos y demás familiares.