Aunque con temores, en Nueva York califican bueno el trabajo de Pedro Martínez

Aunque con temores, en Nueva York califican bueno el trabajo de Pedro Martínez

POR DAVID LENNON
Del Newsday

En los Metros, la salud de nadie es más seguida que la de Pedro Martínez, pero saber exactamente si le pasa algo puede ser difícil de una apertura a la otra.

Martínez es un maestro escondiendo sus lanzamientos y por eso los bateadores raras veces distinguen su cambio de su recta, y emplea el mismo engaño cuando se refiere a cómo se siente.

A pesar de miles de dolores y achaques, Martínez hizo ayer su apertura 30 de la temporada contra los Bravos, pero ha tenido sus problemas.

La semana pasada, durante la visita de los Metros al Turner Field, Martínez lució exhausto al sentarse en el clubhouse de los visitantes.

Frustrado por otro viaje largo y sin éxitos y extrañando el confort de su hogar, Martínez lamentó el hecho de que estaba perdiendo peso, cayendo a 176 libras.

Los Metros estaban en medio de un largo período de un mes en el que jugaron 23 de 32 partidos en la ruta, y Martínez trataba de mantener su fuerza con malteadas de proteína y vitaminas, las cuales cargaba en botellas plásticas.

«Nunca he sido un gran comelón», dijo Martínez.

Contrario al fortachón Roger Clemens o el gigante Randy Johnson, el diminuto Martínez, quien una vez poseía una recta igual de fuerte a la de los mencionados, nunca ha sido el típico lanzador de poder. Y ahora que su velocidad ha caído esta temporada, con las 90 millas por hora siendo la excepción y no la regla, siempre está en el aire el cuánto le queda a Martínez.

El resto de sus números dicen suficiente. Martínez tiene una efectividad de 2.93 que sugiere que merece más que su récord de 14-7, y los bateadores contrarios solo le promedian .201. Solo Clemens (.188) ha sido más difícil.

Martínez también es tercero en ponches con 197 y entre los lideres de la Liga Nacional con 1.9 transferencias por nueve entradas.

No se puede negar que la recta de Martínez ha perdido velocidad, pero el resto de sus lanzamientos parece estar funcionando muy bien. Y como Martínez dice, siempre y cuando llegue al plato, sabe cómo sacar a los bateadores.

«Al final de su carrera, Michael Jordan no podía donquear como lo hacía antes, pero era un mejor jugador», dijo el coach de pitcheo Rick Peterson. «Miren a Jerry Rice. No era tan rápido como al principio, pero probablemente era un mejor receptor en la segunda mitad de su carrera. Lo que pasa es que en el béisbol la gente se vuelve loca con el pitcheo».

Esas mediciones de velocidad, sin embargo, pueden ser una medición de la salud de un lanzador, y Martínez admite haber tenido algunas lesiones esta temporada.

Una es un pie derecho adolorido, para el que recibió una inyección de cortisona el año pasado, y otra es la rigidez entre sus omoplatos.

Los últimos viajes de los Metros no han hecho mucho para ayudar a la espalda de Martínez, pero las lesiones no le han impedido lanzar más de 200 entradas por segundo año consecutivo.

Martínez sumó 244 episodios el año pasado, contando los playoffs, y ya tiene 203 este año con tres o cuatro salidas restantes.

Eso es mucho pedir, especialmente porque Martínez está en la primera temporada de su contrato de cuatro años y US$53 millones. Y hay un detalle que no es menor, el de su hombro parcialmente desgarrado en el 2002. Martínez recibió la opción de operarse ese año o seguir con un riguroso programa de acondicionamiento para fortalecer su hombro, prefiriendo el último.

Hasta ahora va bien, pero no hay forma de saber cuánto le queda a Martínez antes de que tenga problemas.

«Siempre hay una preocupación cuando un tipo llega a esta parte de la temporada», dijo el gerente general Omar Minaya. «Solo hay que monitorear todo, y no hay nadie mejor que Pedro».

La mejor medicina para Martínez es el descanso. Los Metros esperan que llegue a la temporada muerta.

Versión Dionisio Soldevila Brea.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas