Aunque en la práctica a los gobiernos dominicanos les importa un bledo invertir lo razonable, lo justo, en educación, los problemas medulares de la sociedad dominicana tienen su origen en las desigualdades que genera la falta de un sistema educativo incluyente.

 No lo dice quien os escribe, sino los funcionarios del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), quienes, encabezados por José Miguel Guzmán, jefe del organismo en Nueva York, dieron una panorámica de los problemas sociales y económicos de la República Dominicana.

En esa radiografía destacaron las dificultades que enfrentan los jóvenes para conseguir empleo, resaltando que a menor instrucción menos oportunidades.

Igualmente la alta  tasa de embarazos en adolescentes, y en tal sentido coincidieron en que, las jóvenes con más educación formal, tienen sus proyectos de vida mejor elaborados y, la natalidad temprana no está entre sus prioridades.

La violencia de género, aunque no lo parezca, tiene en la falta de educación un fuerte componente, no sólo por la violencia que genera el agresor desde su ambiente de exclusión.

La mortalidad materna entra en el mismo renglón porque son las más pobres y menos instruidas las que mueren en los hospitales. Pero la República Dominicana, según explicó Guzmán, es el segundo país de la región que menos invierte en educación. Es ese país, digo yo, el más violador de  la ley cuando no invierte el 4% del PIB en educación.