Aunque tuviera dinero, Radhamés no podría instalar periódico en Cuba

Aunque tuviera dinero, Radhamés no podría instalar periódico en Cuba

POR LEONORA RAMÍREZ
¿Si yo consigo el dinero necesario para instalar un periódico, yo podría fundarlo en Cuba?, le preguntó Radhamés Gómez Pepín, director de El Nacional, al embajador cubano Omar Córdova, quien después de saborear un rico postre y un cafecito bien calientito, probablemente no esperaba semejante embestida.

Pero el diplomático fue franco. “Va a ser difícil eso, porque tú no vas a poder conseguir el dinero”, dijo entre risas al tiempo de destacar que “realmente eso no es posible, pero sí puedes tener representación de la prensa extranjera”.

¿Y si fuera un cubano que estuviera viviendo en Cuba, podría ser posible?, insistió Juan Bolívar Díaz, coordinador del almuerzo del Grupo de Comunicaciones Corripio.

-No, pero puede escribir en los medios que tiene a su disposición, un periodista puede escribir a través de los materiales que la Unión de Periodistas de Cuba hace, tiene la posibilidad de escribir con sentido crítico de la realidad que se vive en Cuba, pero medios de prensa, en el formato de Santo Domingo eso no es posible en las condiciones nuestras, esa es la verdad.

Roberto Lebrón, reportero de El Día al que le tocaba el turno siguiente, le preguntó, para rematar, si el gobierno cubano es dictatorial.

“Fidel no dirige unipersonalmente los destinos del país ni de la revolución, no dirige por capricho, intereses o aberraciones personales, es una persona que acostumbra a consultar y respetar los niveles institucionales que tiene el país, por tanto en Cuba no se puede hablar de una dictadura, si se puede hablar de una dictadura es de la que ejerce la mayoría de nuestro pueblo sobre su propio destino, no de la dictadura de Fidel”.

¡¿Les quedó claro?!

SOLO FALTO EL MOJITO

Córdova llegó puntual al encuentro con los chicos ácidos del Grupo Corripio, y antes de someterse al rosario de cuestionamientos, firmó el libro de visitantes distinguidos.

Saludó afectuosamente a sus caras más conocidas, y luego presentó a sus acompañantes: Adolfo Alonso García, agregado de prensa, Carlos de la Nuez, agregado comercial, Enilda Ginarte, consejera política, y Sonia Hernández, tercera secretaria.

Entonces comenzaron las explicaciones sobre las relaciones dominico-cubanas, el interés de Cuba de tener un acuerdo comercial con el país, la colaboración que ofrece en materia educativa, las estrategias aplicadas para eliminar los apagones, y claro chico, sólo faltó un mojito, ese famoso trago cubano que se prepara con ron, hierbabuena, limón, azúcar y soda.

“Los embajadores revolucionarios siempre aspiramos a más, pero son buenas y prometedoras las relaciones entre nuestros países, pero todavía hay muchas cosas que se pueden hacer para elevar mucho más el intercambio”, dijo Córdova al valorar el intercambio entre República Dominicana y Cuba.

El espera que el comercio mejore, que la balanza comercial supere los US$60 millones que se generan al año, y que en algún momento se establezca un acuerdo comercial bilateral.

NUNCA SE CERRO UNA ESCUELA

Un chico ácido quiso tener detalles sobre la situación económica en Cuba, pero el embajador sólo ofreció informaciones sobre la fuerte crisis que enfrentaron entre finales de la década de 1980 y casi la totalidad de los 90.

A pesar de esa contingencia, explicó Córdova, nunca se cerró una escuela ni un hospital, y se permitió la apertura de las inversiones en el renglón turístico.

No quedó satisfecho el colega porque no supo lo que ocurre hoy, al margen de la buena nueva de saber que en la vecina isla conjuraron, a fuerza de voluntad política e ingenio, los apagones que, en este país, tienen a todos al salto de las pulgas.

A propósito de temas locales, al embajador casi saliente, sí, porque le queda poco en el país luego de cuatro años de ejercicio, se le cuestiono sobre su valoración de las izquierdas latinoamericanas, y sobre la corriente en que ubica al presidente Leonel Fernández, en ese contexto, tomando en cuenta que el partido de este tiene sus raíces en el marxismo.

“Por razones profesionales debo abstenerme de hacer esa valoración aquí, me excuso por no responder esa pregunta”.

Pero sí respondió sobre lo que harían los cubanos de Cuba si los de Miami intentan regresar cuando Fidel Castro no esté: “si nos topamos de frente con uno de esos recalcitrantes le podemos caer a piñazos”.

¡Cojan ahí!

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