Esta semana estuve leyendo una frase en el internet que dice “La Escuela es un Segundo Hogar, pero el Hogar es la Primera Escuela” del señor Luis Ernesto Gutiérrez López, maestro, pedagogo y orientador; especialista Gifted Education del Colegio Alemán Reina del Mundo de Lima (Perú) y miembro de la Federación Latinoamericana para el estudio y defensa de las Altas Capacidades, pero de igual forma coetánea recibí anónimo a través de las redes sociales una frase similar o muy familiar a la descrita anteriormente que trasciende profundamente su texto y reza: “La escuela volverá a ser segundo hogar cuando la familia vuelva a ser la primera escuela”.
Comencemos revisando por lo esencial; nuestra bandera dominicana que sabemos que el rojo representa la sangre desparramada por nuestros libertadores pero ¿cuánto ha costado ese rojo desde Juan Pablo Duarte, Francisco del Rosario Sánchez y Ramón Matías Mella hasta los días actuales en el que mujeres y hombres han dado la vida defendiendo los valores de nuestra nación?
El azul expresa que Dios protege la nación dominicana, pero al parecer nos hemos olvidado de Dios aún así su amor es tan grande que ha tomado parte de su tiempo para manifestarnos su misericordia.
Y la cruz que impregna el color blanco es el símbolo de la lucha de nuestros libertadores para dejarnos una patria libre, la palabra libertad es muy compleja en su dimensión, pero realmente como buenos patriotas debemos valorar a profundidad lo que significa para nuestro país, da pena que en estos tiempos estemos perdiendo la verdadera esencia de la libertad de nación. Comencemos por casa siendo autores y forjadores de la educación hacia nuestros hijos a pesar de la sociedad que les ha tocado vivir, ellos pueden cambiar el presente para lograr el futuro mejor siempre y cuando logremos afianzar la base de su educación.
Debemos dar prioridad a la Patria comenzando por las celebraciones de febrero (con todo respeto hacia las personas que aman y celebran el carnaval), ya las caretas de cachos, dientes y bocas estrafalarias son más que las banderas que enseñamos en la calle o tenemos en la casa, en los medios de comunicación, no es que se quite pero indudablemente si no celebramos la Patria con mayor énfasis que el carnaval estamos perdidos y solo empecemos haciendo el siguiente análisis: ¿cuánto se gastará en esas fiestas? y ¿cuánto invertimos en los valores patrios y en la defensa de la nación? Por qué no hacemos anualmente un plan de festivales de canciones patrias, de poesías, de proyectos y que sea parte de nuestra cultura por siempre.
Seamos sinceros y capaces de honrar el sufrimiento que pasaron nuestros Padres de la Patria y todos esos hombres y mujeres que dejaron de dormir en su casa para darnos el espacio a nosotros, que se han sometido a las torturas y a la cárcel para darnos libertad y tranquilidad. Feliz mes de la Independencia República Dominicana.