Austeridad con abundancia

Austeridad con abundancia

Muchos sectores incluyendo los  del área económica y empresarial han clamado para  que  el año 2009 sea de absoluta   austeridad. Al parecer todos quieren austeridad, pero la solicitud de forma directa o solapada se le hace especialmente al gobierno, de quien se esperan  acciones dentro de la más estricta  sobriedad en el gasto y mayores recortes en las cosas no prioritarias.

Lo que ocurre es que el tema  austeridad  es bien complejo, por lo que algunos de esos reclamos lucen poco sinceros o confusos. Hablan de una cosa, pero en realidad quieren otra. Desean austeridad, pero muchos sin definirla ni dar muestras de su disposición a sacrificarse.

No las   quieren para ellos mismos, porque les afectaría. La solicitan para otros, pero que tampoco les afecten sus negocios o actividades.

Austeridad en el gasto y recortes de todo tipo implicaría menos dinero disponible para lo que algunos denominan circulante, pues cuando éste aumenta más posibilidades tiene la gente de comprar cosas de diferente tipo,  lo que dinamiza el comercio, las ventas  y consecuentemente la producción, que es a su vez lo que en el fondo reclaman casi todos los sectores.

Algunos de los que solicitan austeridad y eliminación de obras, no especifican nada. Lo hacen por formalidad, como  simple juego de palabras o cliché que se pone de moda para aparentar una cosa que en el fondo es otra. La austeridad tiene muchas caras y aristas que hay que ver desde diferentes ángulos para poder entenderlas cada una en su dimensión.

Los que producen o comercializan quieren que aumenten las ventas y para aumentarlas de cualquier forma tiene que haber más dinero en circulación. Los que no tienen empleo quieren que se abran más oportunidades. Los que ganan poco quieren aumentar sus ingresos. Los que tienen tiendas y colmados, los que hacen dulces, empanadas y pastelitos; los que venden bebidas, refrescos,   guineos, manzanas, etc. quieren más dinero en las calles.

Los ingenieros, contratistas, albañiles, plomeros, areneras, ferreterías, comedores, carpinteros, transportistas, quieren más obras y más gente generando actividades que de alguna forma les beneficie, por eso a veces al hablar de austeridad se crea una especie de dicotomía en la que se demanda una cosa, pero con la esperanza de que los  efectos sean contrarios.

En realidad lo que mucha gente desea, pero no dice,  es que el gobierno se ponga pilas nuevas para algunas cosas y se las quite para otras; por ejemplo, aquellas en las que con sus actuaciones suponen  un país rico y poderoso, mientras la mitad de la población no tiene trabajo seguro y el 70% no cuenta con  ingresos suficientes para cubrir dignamente sus necesidades.

Que sea austero en cosas irrelevantes y no fundamentales. Elimine los grandes privilegios y distorsiones entre los que ganan demasiado y los que reciben poco. Haga las cosas con sentido humanista. Aplique medidas de austeridad  para los que tienen mucho, incluyéndose  ellos mismos, pero generoso y de abundancia para los que  tienen necesidades.

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